30/9/09

Gabriel del Gotto

Rinocerontes en el Ozama

Me quedo callado, me refugio entre las paredes misteriosas que guardan este lago.
Mi bañera no es más que un pozo para aliviar las celdas dopaminas de mi pecho.
20 años de matrimonio sin ningún asesinato en el itinerario, de por si es un gran logro.
20 años de mirar todos los martes alguna película a blanco y negro con malos doblajes, mientras me rasco el hipotálamo junto a un dedo índice desde la nariz, de por si ya es un paso.
Desde la cama de mi antiguo cuarto, puedo oír todavía discutir a mis padres en el salón.
Desde aquí, aun logro decirte a media voz cosas que invento a cada rato.
Esta mortal ternura con que callo, sonámbula; que se duerme a cada rato, te está abrazando a ti mientras yo mantengo inmóviles mis brazos.
La toalla se descuelga… cae, como moscas a granel.
Como un loro al que sacan de su selva; quien ya no habla por amor sino solo por una vulgar galleta de papel.
Hay un tango convulsionando de alegría en mi cocina.
La estática de mi televisor ya me dicta… me lo susurra a cada paso.
No aguanto más la respiración, logro sacar la cabeza del agua.
Los dedos de mis pies se asoman, se retuercen oblicuos hacia tus manos.
Poco a poco mi respiración se silencia de nuevo y la noche vuelve a reconciliarse.
Y no.
Tu ropa ya no cae como antes.
Es  un Moulin Rouge desde Animal Planet.
Como decirle todo esto a una almeja.
Como prenderle un cigarrillo a una hiedra.
Como encontrarse a 20 años con esposa; con dos muchachos y sin nada entre las piernas.

Nos ecualizamos...
..nos dispersamos en nosotros mismos, nos vendemos a plazos, nos besamos, nos mordemos, nos clavamos espinas impacientes por la espalda. Al rédito más alto: nos compramos; con benignidad de gatos: nos lamemos las heridas, nos juzgamos, nos atacamos, nos emborrachamos y auto-medicamos, nos acariciamos con los mismos dedos que nos señalamos; nos multiplicamos entre nosotros mismos, nos odiamos, nos subestimamos y sobrestimamos, nos robamos sueños misteriosos; nos alejamos, nos terminamos musicalizando el alma y nos respiramos. Karmas lujuriosos y susurros escondidos, nos ilustramos. Exaltamos y tocamos, visitamos y volamos. Nos perdemos entre dunas de sombras y oscuridades luminosas. Nos indagamos cada pelo, nos equivocamos. Nos miramos luego fijamente el alma, nos leemos entre lineas, nos divisamos... hasta que al fin un día, sin augurio ni telones de refugio, sencillamente... nos necesitamos.


Soy
Soy música....
soy melodía, armonía rota y ritmo de tambores
soy un golpe contra el piano y una noche en Do menor
soy la cadencia y la decadencia
y la esperanza de una nota
que nunca se ha tocado.
De una sinfonía inconclusa.


Tengo un corazón templado... que afino pero siempre desafina
mis palabras son sonidos ligados a sonidos y ligados a sonidos...
que van formando las obras que serán los espejos del alma mía.
De la bachata y el rock, mezcla tendida y como mancha irreductible que llevo dentro.
Atrapo entre las manos la emoción
la busco, la recibo, la compro, la robo siempre la obtengo de cualquier modo


Soy la pagina rota justo al borde de la nota, que nadie nunca olvido
Soy el walkman que compro un campesino, justo al mudarse a la capital,
Y retumba hoy el cemento, soy la última copa de un suicida sentado en el suspiro de un bar.


Marioneta y alcahuete de besos que se quedaron callados, de manos que nunca se movieron y abrazaron.
Soy la lágrima que baja por las mejillas de una adolescente que hoy por primera vez se escucho.
Soy el dolor sin nombre de un bolero, de un son que nunca nadie se bailo.



Y así continuamente me hago música
hoy soy música
y por eso esta piel que es la suma silenciosa de frecuencias
de dolores y caricias en Mi menor
se vuelve silbido de alguien que va caminando a lo lejos
sonsonete que patina en la memoria
canción irrepetible.


Soy.


Suerte
Tienes dos tareas de tierra en Salcedo y solo 5 familias invadiéndolas; quien sabe, es Salcedo, no Siberia.


Tienes 17 años de casado y un hijo de 18, cuatro paredes de un apartamento que este mes no tienes para pagar y en esos 17 años, ningún asesinato; es posible que tu matrimonio si sea éxito.


Tienes en tu memoria medio poema de Piñero "uptown... downtown... crosstown... body was round all over town", siempre queda la esperanza de emborracharte entre gringos y hacer gala.


Tienes un tic nervioso en la ceja izquierda, los 15's y los 30's de cada mes parece ala de colibri, podría ser peor.


Tienes un Accord del 93 que aún no comprendes porque casi mensualmente tienes que comprarle un nuevo radiador, aún así, con oraciones, te llevo a Guibia la semana pasada.


Tienes un pusher que te la vende más barata y pura que a todos los demás en la Zona Colonial, es posible que si seas el alma de las fiestas.


Tienes medio limón y dos huevos en la nevera, un hijo que se da más mujeres de las que imaginas para cometer adulterio y siete multas sin pagar en interior y policía, te consuela saber que Juan Dicent tiene historias mas tristes que contar.


Tienes ya leida una novela corta en este tapón en la Tiradentes, de haber sido «La Divina Comedia», se te hubiese hecho muy corta.


Tienes una abuela de 83 años que no acaba de morirse y que es el único humano que tal vez ames en este mundo; vive al lado de tu casa, donde esta tu hijo, el mismo que te robo esta mañana los 1500 pesos para comprar el radiador de tu Accord; donde esta tu mujer, quien te enseño mas sobre la evolución de las especies que Darwin, al cada día parecerse mas a Tamauri, el manatí que conociste hace algunos años en el Acuario de Santo Domingo, tienes tu medio poema de Piñero, tienes un pusher casado con una prima, tienes medio limón, dos huevos. Pero no, no tienes una pistola.


Quién sabe, es posible que tengas mucha suerte.



Gabriel del Gotto (1988, Santo Domingo) empezó sus estudios de Derecho, en la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra, para luego abandonarlos para dedicarse al estudio de cinematografía. Ha creado eventos benéficos tales como «La Feria del Libro Usado» y «Un libro para Bonao». Lleva un blog en la siguiente dirección: http://www.gabrieldelgotto.blogspot.com