25/5/12

Dos poemas de Iman Mersal



Una celebración
El hilo de la historia cayó al piso, así que me agaché para buscarlo. Era una  de esas festividades patrióticas, y lo único que alcanzaba a ver eran zapatos importados y botas militares.
Una vez, sentada en el tren, una afgana quien nunca había estado en Afganistan, me dijo: “La victoria es posible”. ¿Es eso una profecía? Le quise preguntar, pero mi persa  se limitaba a lo que aprendí en los textos de la escuela, y ella me miró, mientras la escuchaba, como si estuviese buscando en un armario cuyo dueño fue consumido  en un incendio.
Supongamos que el pueblo llega en masa a la plaza. Supongamos que el pueblo no es una palabra  obscena  y que comprendemos el significado de la expresión “la masa”. Entonces díganme ¿cómo han aparecido todos esos perros de la policía acá? ¿quién los cubrió con las coloreadas máscaras del partido? Y más importante aun, ¿dónde está el hilo que separa las banderas de los paños menores, los himnos de los anatemas, a Dios de sus criaturas - aquellas que pagan impuestos para deambular por la tierra?
Celebración. Como si nunca hubiese pronunciado esa palabra. Como si saliese de un diccionario griego en el que los espartanos victoriosos retornan a sus hogares con sangre persa aun fresca en sus lanzas y sus escudos.
Puede que no haya existido ese tren, ni la profecía, ni la afgana sentada a mi lado por dos horas. En ocasiones, para matar el tiempo, Dios permite  que nuestra memoria se descarrile. Lo que puedo decir desde acá abajo, entre los zapatos y las botas militares, es que nunca sabré con certeza quién triunfó sobre quién.

  
Determinando el punto débil
Naturalmente, a las vigas de hormigón nos les faltaba delicadeza,
y las columnas de las casas viajeras eran en sí la nostalgia.
Agregó que su trabajo consistía en determinar el punto débil;
Para, después, distribuir su peso a los puntos más o menos fuertes;
que los soportes y los apoyos sólo eran obra del amor,
y que, con cariño, eran fijados en el ángulo contrario de las columnas.
Me aseguró también que la restauración era pura cuestión de sexo.
Mi compañero de colegio, ahora arquitecto del servicio de Arqueología;
por un minuto quedó perplejo
porque yo seguía teniendo la mano de una colegiala.
Antes de marcharse me comentó
que él no pudo especializarse en la comprensión de las caídas,
por mí.


*Los poemas fueron traducidos por Frank Báez en colaboración con la autora.


Iman Mersal (Egipto, 1966) fue cofundadora y editora del periódico feminista independiente egipcio Bint al-Ard (Hija de la tierra) desde 1986 hasta 1992. También ha publicado diversas obras poéticas: Ittisafat (Caracterizaciones, Dar El-Gad, 1990); Mamarr mu'tim yasluh lita'allum al-raqs (Oscuro pasaje que permite aprender a bailar, Dar Sharqiyat, 1995, 1ª edición; 2004, 2ª edición); al-Mashy Atwal Waqt Mumkin (Caminar cuanto sea posible, Dar Sharqiyat, 1997); Yugrafiya Badila (Geografía alternativa, Dar Sharqiyat, 2006, 1ª edición; 2011, 2ª edición);These are not oranges, my love: selected poems (Estas no son naranjas amor mío: selección de poemas, Sheep Meadow Press, 2008). También en 2005 colaboró en el proyecto de filmación Stranger in Her Own Skin (Una extraña en su propia piel), de Shabnam Sukhdev. Luego de vivir en Boston se trasladó a Edmonton en Canadá, donde actualmente enseña literatura árabe en la Universidad de Alberta.