12/4/07

Cristián Cruz

MORIBUNDO EJEMPLAR
La arbitrariedad
y todo por lo que usted ha luchado
y lo tuvo de cabeza en la pega, en los lugares comunes
todo lo traspasa ahora como una bala
y todos corren por usted
se orina y se caga al mismo tiempo,
pero desea escuchar en el tocacintas unos tangos
y echa a llorar.
Su miserable condición lo hace picadillo a cada resolle,
a ratos despotrica contra Dios
pero ve a su hijo arrastrando un tren de cajas de
/ fósforos y se conmueve.
Y todos corren por la casa nuevamente
/ con la chata, con la esperanza entre las manos.
usted quiere que esto pase pronto, ¡si! muy pronto
pero resulta que hay cadenas de oración en el pasaje,
en la fábrica, en la faena
y se acuerdan de usted frente a un bosque de cervezas y dominó
y no pensaba que lo querían tanto.
Se orina y se caga nuevamente
y todo el cuadro se comienza a empañar
por más que afine sus sentidos Insecto aplastado por el aire
usted se comienza a empañar
se comienza a empañar
y se queda quieto
como un lago o una montaña.




EL QUE FUE
Arruinado el muerto se vuelve en sí
/y reaparece en su mármol,
al igual que un presidente saluda desde su balcón agujereado
mientras la multitud, llena de sed,
vitorea su nombre.
Entonces desde sus pedazos y desde su mano agitada
el muerto da la espalda al populacho
y baja rengueando a su oficina, oscuro, cantando una arenga

REDUCCIÓN
Implacable es la salida de los tallos
que parecieran cantaran también.
¿Qué oscuridad ahueca la estancia?
Y está silbando el panteonero junto a la reducción
junto a unos ojos hundidos y clavículas desechas,
junto al escombro desparramado bajo el tiempo primaveral,
pereza y carnaval juntos.
Arremolinado frente a la tumba
pareciera que todo el mundo cayera en ella
y el gesto de nosotros es un arrastrarse frente al impasible.
Con él fueron a dar a la fosa los ríos y las manadas preñadas
y el nido empollado también buscó fondo.
Será la reducción y esos ojos hundidos
que el reductor cigarro en mano vuelve a mover
/como si agitara los últimos estertores de felicidad
la palabra ventana, la foto de todos y los animales de la casa.
Pareciera que en ese rescoldo
que en ese bracero apagado
la tumba cantase aún
y todo allí dentro.

METRO CUADRADO
Pudo ser el rostro del afiche
lo apetecido, lo fino
miel sobre los carteles iluminados
una flor de ejemplo.
Sucede ahora
que yace en esta caja barnizada
que está solo el cadáver y a la deriva.
Un gusano le susurra al oído que se deje llevar
que él ha nacido para amarla
y el cadáver que se deshace con el tic-tac de la noche
pide y ruega que en esa relación ambos sean redimidos,
que gusano y carne vivan por la eternidad.
No se puede encontrar un amor tan inclaudicable, tan
/ bien urdido
en un metro cuadrado.


YA NO PUEDO ESCRIBIR SOBRE EL AMOR
Ya no puedo escribir sobre el amor
se me hace difícil entrar o salir de los
/ almanaques del corazón
y en este charco de sangre en una carretera
mientras levantan a uno, dos, tres cuerpos
me dan unas tremendas ganas de hablarte,
pero se me olvida que yo preparaba un libro
/ sobre la muerte.
Quizás este poema dirán los amigos
no corresponda al espíritu de ese libro
pero me dan unas tremendas ganas de hablarte
aunque sea pensando en un cuerpo que se pudre
/ y que nada podemos hacer por él.
Seguramente este será el peor poema del libro que
/ te hablaba
un intento en los almanaques del amor
mientras se llevan a uno, dos, tres cuerpos
desvanecidos en la carretera cuya sangre
/ engrosa la estadística.
Pero acaso nuestro amor no es uno de esos cuerpos
/ retorcidos entre las palabras,
un charco de sangre seca al otro día de sucedido
/ los hechos
acaso este poema no encaja ahora en el espíritu
/ del libro
acaso no debemos tú y yo
bajar cada noche a golpear los baúles para ver el cadáver.
Yo te quisiera hablar de un viaje de regreso
/ de la casa de un amigo
copiosamente cruzábamos la noche
uno, dos, tres cuerpos tragándose a escorpión
que tiritaba en el vacío
mientras voy entrando en uno de sus cuerpos
para que me hables pausadamente del amor.



Cristián Cruz(San Felipe, 1973). Ha publicado los libros “Antología Clepsidra” (1997), “Pequeño País” (2000), “Fervor del Regreso” (2002), “Papeles en el Claroscuro” ( crónicas literarias, 2003) y “La Fábula y el Tedio” (2004), ganador del Premio Alerce de Poesía versión 2003 otorgado por la Sociedad de Escritores de Chile. Parte de su obra ha sido incluida en diversas antologías poéticas. Ha recibido las becas Fundación Neruda (1998) y Consejo Nacional del Libro y la Lectura (2003).