30/9/09

Gregorio Espinal

La Maldita
Yo soy la maldita
La cosa sin nombre
El germen que insemina el corazón de las tinieblas
Albergo en mis adentros el infierno y la borrasca
La peste que se escurre silenciosa y acechante
Plagando de inmundicia hasta sus propias entrañas

Yo soy la maldita
La inenarrable
El hálito proscrito que divaga en la penumbra
La bestia sanguinaria amamantada por la muerte
Que mata y se desmiembra desangrada en soledades

Yo soy la maldita
El rostro culpable
El dedo ponzoñoso incrustándose en la llaga
El cuervo que se arranca los ojos en la niebla
La daga envenenada que se hunde por la espalda

Yo soy la maldita
La hija de nadie
Muñeca de ceniza devorada por el viento
Un nudo de serpientes que se masacra a sí mismo
Y vomita maldiciendo
Sus pedazos en la sombra
Manifiesto
Adoro masturbarme a la sombra de un silencio
Sentir que estoy viniendo
Gemir que no he llegado
Resbalando con el himen
Magullado por la ausencia

Adoro el ultraje de vírgenes de aire
Y sentir que en sus centros de Babia
Me desangro

Y en las noches negras venirme de blanco
Y en las noches blancas venirme de negro

Venirme en un géiser de lava suicidante
En galaxias de simiente
Contra las formas del polvo

Venirme en estertores
Arañando lo inefable
Fundiéndome en lo eterno
Llorando las entrañas

Venirme elucubrando a chorros
Mis ancestros
En fluidos que explosionan
La sintaxis de los hombres

Venir jaurías de espuma
Venir chorreando infinitos

Venir riendo
Venir llorando
Venir la luz y la sombra
Venir de gala y de luto
Venir de savia y de sangre
Venir y ver en mis manos
Que soy YO con el instinto.



Inmóvil
“La vida sólo tiene un encanto verdadero,
El encanto del juego,
Pero ¿y si nos es indiferente ganar o perder?”
Charles Baudelaire.

Ya no siento aquellos cuervos
Desgarrar la piel del pasado
Espero inmóvil que el viento
Venga y me arranque la sombra
Dispersos en esta alcoba
Yacen mis sueños de espuma
Se han abierto las venas del tiempo
Y no puedo contener su sangre.




Porno Collage
Desprendida de la sombra
La gestación del pecado
Dulce vino que se filtra
Por los poros de la noche
He aquí la mujer
Con su lluvia de metales
Escurriéndole las piernas
He ahí al hombre
Vaciado en la trayectoria
De su mirada perdida
Vuelan sobre sus cabezas
Las cenizas del momento
Caudal imperceptible
De nuestra impermanencia.

Gregorio Espinal (Santo Domingo, 1980) Fue miembro del legendario taller literario "Tinta Fresca". Ha publicado sus textos en las revistas literarias "Mythos" y "Creaciones". Obtuvo el galardón de poesía joven de la XL Feria Internacional del Libro de Santo Domingo (2006) por su libro “Noctambulario”. En la actualidad es miembro del Taller Literario del Centro de la Cultura de la ciudad de Santiago, donde reside.