3/12/08

Para no pensar. Ricardo Marín



por Felipe Granados 

Después de elaborar un largo test acerca de que no es y que es un antipoeta, el único escritor auto designado como antipoeta oficial, Nicanor Parra , nos dejaba lo opción abierta, sin ni siquiera aclarar que se puede escoger todas las anteriores.
En un  intento de aproximación a  la poesía  costarricense más reciente, Juan Murillo, analizaba un grupo, siempre subjetivo como en todos los actos humanos, de poetas donde me incluía, llamándola antipoesía costarricense. 

Vamos de nuevo a Parra, la cita de Murillo hablaba de los poetas que bajaron del olimpo, pero en su definición de qué es y qué no es anti, Parra dejaba un territorio tan abierto y vasto como el Atacama, puestos en el contexto, podríamos resumir que la antipoesía era todo lo que no sonara a Huidobro, Neruda o De Roka.
Axioma falso, no se puede bajar del olimpo si toda la vida viviste en Hatillo; estos poetas no bajan del olimpo, bajan de la peri y otras líneas de transporte menores.
Pero no voy a hablar en nombre de mis compañeros de oficio, esa camisa me queda muy grande, puedo hablar de mí, y puedo hablar de Ricardo porque es ahí donde quiero llegar. 
Para no pensar, el libro que nos junta hoy.
Al grano, acá no existe un pequeño dios creacionista, no existe un Neruda vaca sagrada y mucho menos ese toro furioso de Roka.
El trascendentalismo no justifica un parricidio poético, su existencia me conmueve hasta la carcajada, todo manifiesto no hace más que enumerar su colección de errores, asir algo vivo y que late como la poesía, no deja de ser el viejo intento de atravesar el alfiler sobre una mariposa.
Ese insecto que fija el entomólogo, ya no es, fue.
Una mariposa no es eso disecado que se guarda en las gavetas. Pero ya lo dijo Cortazar, los famas ponen calcomanías con nombre a todos los recuerdos.
Creo que en mi caso y en el de Ricardo, nuestra experiencia de lenguaje pasa antes que por Parra, por intentos poéticos mas cercanos geográficamente, sin ir mas allá del Caucazo ,la vanguardia granadina, o el bruto maestro de la puesta en el sepulcro, o el cura que cantó a la muerte de Marilyn Monroe. Más al norte de allí, el sentido del humor y oído para el vulgo de Roque Dalton. Evidentemente no venimos de Paz, (excepto algo de Joan Bernal, quizás el único místico que vale la pena escuchar) pero  si del peatón Sabines, si de Efraín Huerta, los infras y si fuera hacia el sur la lista también es larga, yo cito al primer Girondo, mi intento es tocarle los calzones a la poesía, esos mismos calzones de la futura Magdalena del verso de Ricardo, y en mi credo particular la figura irreverente de Luís Rogelio Nogueraz, con Jattin, ni siquiera lo intento, ese poeta es un santo y los santos se respetan.
Pero, y  hago la salvedad cobarde de curarme en salud, no dejar por fuera las malas traducciones de buenas novelas gringas y europeas, (Atentos a las citas de Ricardo: Kerouak, Bolaño, Kundera) mis poemas le deben más a Miller, Burrougs y Alexander Obando que a la tradición de la lírica criolla; en mi defensa diré que no escribo novela a falta de talento pero que frente a la estúpida pregunta de mi libro en la isla desierta, seguramente conociendo mi afán voraz de lectura no llevaría un poemario, preferiría la novela más gruesa de Lobo Antunes. Eso o un manual de cómo construir barcos en una isla desierta.
Creo, y en esto declaro algo que los que me leen intuyen, que más que Parra prefiero a Ian Curtis, que más que a Vallejo le debo a Trent Reznor, que antes de tragarme la obra completa de algún lego especialista en colocar alfileres al lomo de una de esas mariposas cada vez prefiero más el ultimo disco de Calle Trece, y sí, cómo no, los de atrás también vienen conmigo.
El lenguaje que encontrás en este poemario está más cerca de las cartas al profesor corazón, los massmedia digo, que a la intención estética de destronar a un dios inexistente: no hay rey muerto, viva el rey.
Atreviéndome a morir apedreado diré que estoy de acuerdo con el poeta turrialbeño mas leído, yo también prefiero la risa franca del mecánico, yo escribo con las manos sucias y la hoja se mancha de eso. Todos nos cansamos de tratar de aplanchar la vieja camisa de domingo en que se convirtió la poesía  de costa rica.
Ricardo dice que le pagan con una cuenta abierta en un bar de Coro, donde se hacen bien las cosas, su trabajo de columnista de un periódico pequeño, en la oficina donde fuma y bebe café le toca lidiar con maridos que olvidaron el amor a punta de pichazos literalmente, o tal vez ya no reconocen a la que quisieron debajo de sus ojos, los de ella, moreteados. Sus poemas, dice él, a veces se le van y buscan otros trillos. Sus poemas tienen más de autobús que de antología, hieden más al cigarrillo para espantar los bichos que al insulso formol de las facultades. Inevitablemente se tiñen del sudor de la mejenga, de la gota que resbala de una Pilsen.
Lo voy a decir ya para acabar, lo que hago, ¿puedo ponerte aquí Ricardo? tiene mas las virtudes y defectos de un andamio que la cara decorativa y prudente del altar, me parece un error que si querés escribir, escojas la carrera de filología, yo no quiero que me enseñen a leer, yo escribo. Punto.
No me interesa el alfiler, devuélvanme la mariposa.
Y como bien dice Parra Me retracto de todo lo que he dicho.

Texto leído a propósito de la publicación del libro de Ricardo Marín: Para no Pensar. 

Felipe Granados. (Costa rica, 1976) Ha publicado el libro Soundtrack (Perro Azul, 2005). Está presente en la antología: Lunadas Poéticas (Costa Rica, 2005). Su obra ha sido publicada en revistas como Amigos de lo Ajeno y otras revistas centroamericanas. En el número pasado de esta revista publicamos una selección de sus poemas. Actualmente, trabaja en su próximo libro de poesía titulado POP. 
Ricardo Marín. (Costa Rica, 1977) Fue incluido en la antología Lunadas Poeticas volumen II de la editorial Andrómeda. Ha sido invitado a las lecturas Miércoles de Poesía en San José, al II Encuentro de Escritores Centroamericanos 2007, al FIA 2008Festival internacional de Poesía Costa Rica 2008, Festival de poesía en la montaña 2008 en Republica Dominicana. En octubre del 2008, su trabajo Amanda y otros poemas, obtuvo el segundo lugar en el Certamen literario Brunca de la Universidad Nacional de Costa Rica. Ha publicado el libro Para no pensar, editorial arboleda 2008. Una selección de sus poemas fue publicada anteriormente en esta revista