19/8/11

Cecilia Galli

Cecilia Galli por Pablo Gimenez Zapiola



Sirena


como todas las noches

estábamos en la playa y venía la ola
maremoto
tsunami
el mar
(siempre se llama distinto).
él me había dicho antes de dormirse
cuando te mueras te voy a extrañar
y después de eso me quedé espantando
mosquitos inmunes
de sus piernitas.
ya no pude dormir.
a las cuatro,
cuando por fin llegó la ola,
no importaba
porque éramos sirenas
nos dábamos la mano
y si yo ponía mi mano delante de mi nariz
no nos ahogábamos.

algunas instrucciones

decile muchas cosas tiernas
y algunas obscenidades
asegurale que es la única
y si te das cuenta de que no te va a creer semejante hipérbole
decile con voz dulce
que para vos es la primera.
tratá de no mentirle,
porque se va a dar cuenta:
ella siempre se da cuenta de las mentiras.
si no te lo hace saber es porque prefiere el juego.
simulá ser importante
y pretendé también que ser importante no te afecta
que te divierte
pero no cuando estás con ella
porque ella es la importante en esta relación.
celala. aunque es probable que tu enojo le moleste,
va a sentir que no podés vivir sin ella
que pensás en ella al despertar
al trabajar
al comer
al coger
cuando te sentís solo.
decile que soñás con ella
y que tu futuro es ella.
que querés cuidarla cuando esté enferma
y abrazarla cuando esté triste
que te gusta hacerla reír
y que ella te hace reír mucho
tanto
que no querés tenerla lejos.
después, cuando llegue el día
en que te diga que es tuya
desde siempre
y para siempre
no le des un portazo en la cara
pero tampoco des vueltas:
ella va a entender
porque es grande
que lo tuyo era un juego
un rato
un momento.
eso sí:
no te olvides de decirle
que fue el mejor juego
el mejor rato
tu mejor momento.

la sangre no es agua

lo que aprendí con vos
lo derroché con otro
así es la vida
y si te clavo un cuchillo
me corto las manos
las cicatrices las llevo como medallas
de santos
de guerras
que me cuidan y me protegen
que me duelen.
el cuerpo recuerda
cuando se enfrenta a eso que la mente borró
se cierra como una mano electrocutada
y te hace latir las marcas
para que no te electrocutes completo
para que las heridas no se abran.
insomne
después el golpe te deja insomne
te manda a hamacarte
de noche a una plaza
a sufrir la inercia
te pone autómata
balanceándote bajo la luz plateada
tus sueños cortados masticados hechos jirones
tus sueños amputados
los recuerdos que se escurren
las memorias que no volverán
otra vez y
siempre la luz helada
que te congela la vida
como si te clavara plaquitas para muestras de microscopio
entre las vueltas de tu cerebro.

Cecilia Galli (Buenos Aires, 1975) es autora de los poemarios
Superhéroes (Cara de Cuis editora, 2009) y Karaoke kiss
(Textos de Cartón, 2010).