la
más ardiente sangre de todas, la más salvaje, la más urgente.
Todas las ballenas en las profundidades más amplias, arden, mientras avanzan
una y otra vez, buceando por debajo de los icebergs.
¡Las ballenas francas, los cachalotes, las cabezas de martillo, las
asesinas
resoplan, y resoplan, su ardiente aliento blanco fuera del mar!
Y se mecen, y mecen, a través de las sensuales edades eternas
en las profundidades de los siete mares,
y a través de la sal ruedan en ebrio deleite
y en los trópicos tiemblan de amor
y se retuercen con enorme, intenso deseo, como dioses.
Entonces, el gran toro se enfrenta a su novia
en el lecho azul profundo del mar,
montaña contra montaña, en el entusiasmo de la vida:
y desde el torbellino del océano interno de color rojo-sangre de la
ballena
la larga punta se extiende fuerte, intensa, como una vorágine, y
viene a descansar
en el suave y salvaje embrague, en el cuerpo insondable de la
ballena hembra.
Y sobre el puente del fuerte falo de la ballena, uniendo sus maravillas
los ardientes arcángeles bajo el mar siguen pasando, yendo y
viniendo,
siguen pasando, los arcángeles de la felicidad
de él a ella, de ella a él, grandes Querubines
que atienden a las ballenas en mitad del océano, suspendidos sobre
las olas del mar
gran cielo de ballenas en las aguas, antiguas jerarquías.
Y las enormes ballenas mamá yacen soñando y amamantando a sus
tiernos
bebés ballena
y sueñan con sus extraños ojos de ballena bien abiertos en las aguas del principio y el fin.
Y los cachalotes toro reúnen sus hembras y sus crías en un anillo
cuando el peligro acecha, en la superficie del diluvio incesante
acomodándose a sí mismos como un gran Serafín feroz frente a la
amenaza
que rodea a sus amontonados monstruos de amor.
Y todo esto ocurre en el mar, en la sal
donde Dios es también amor, pero sin palabras:
y Afrodita es la mujer de las ballenas
¡la más feliz, feliz ella!
y Venus entre los peces salta y es una delfín
alegre y encantada marsopa con el amor y el mar
ella es la mujer atún, redonda y feliz entre los machos
densa de alegre sangre, dichoso arco iris oscuro en el mar.
Todas las ballenas en las profundidades más amplias, arden, mientras avanzan
una y otra vez, buceando por debajo de los icebergs.
¡Las ballenas francas, los cachalotes, las cabezas de martillo, las
asesinas
resoplan, y resoplan, su ardiente aliento blanco fuera del mar!
Y se mecen, y mecen, a través de las sensuales edades eternas
en las profundidades de los siete mares,
y a través de la sal ruedan en ebrio deleite
y en los trópicos tiemblan de amor
y se retuercen con enorme, intenso deseo, como dioses.
Entonces, el gran toro se enfrenta a su novia
en el lecho azul profundo del mar,
montaña contra montaña, en el entusiasmo de la vida:
y desde el torbellino del océano interno de color rojo-sangre de la
ballena
la larga punta se extiende fuerte, intensa, como una vorágine, y
viene a descansar
en el suave y salvaje embrague, en el cuerpo insondable de la
ballena hembra.
Y sobre el puente del fuerte falo de la ballena, uniendo sus maravillas
los ardientes arcángeles bajo el mar siguen pasando, yendo y
viniendo,
siguen pasando, los arcángeles de la felicidad
de él a ella, de ella a él, grandes Querubines
que atienden a las ballenas en mitad del océano, suspendidos sobre
las olas del mar
gran cielo de ballenas en las aguas, antiguas jerarquías.
Y las enormes ballenas mamá yacen soñando y amamantando a sus
tiernos
bebés ballena
y sueñan con sus extraños ojos de ballena bien abiertos en las aguas del principio y el fin.
Y los cachalotes toro reúnen sus hembras y sus crías en un anillo
cuando el peligro acecha, en la superficie del diluvio incesante
acomodándose a sí mismos como un gran Serafín feroz frente a la
amenaza
que rodea a sus amontonados monstruos de amor.
Y todo esto ocurre en el mar, en la sal
donde Dios es también amor, pero sin palabras:
y Afrodita es la mujer de las ballenas
¡la más feliz, feliz ella!
y Venus entre los peces salta y es una delfín
alegre y encantada marsopa con el amor y el mar
ella es la mujer atún, redonda y feliz entre los machos
densa de alegre sangre, dichoso arco iris oscuro en el mar.
(Tomado de Birds, beasts and flowers.
Traducido por Giselle Rodriguez Cid)