Autorretrato a los 31
Monotonía de lluvia tras los cristales.
Antonio Machado
Miedo… a qué le tengo miedo?
Me pregunto sin arrogancia
ni intención de ofender a los dioses
en estos días de interminable lluvia.
He tenido tan poco…
He perdido tanto…
Supongo que le tengo miedo
a la policía y al desahucio.
Pero desde nuestra comodidad
esas son cosas que les suceden
a personajes periodísticos.
Y supongo que como todos
le tengo miedo a la muerte.
Pero a pesar de su silencio milenario,
la conozco tan bien…
(En Roma nos hicimos aún más íntimos
una noche de inclemencia.)
Miedo…¿a qué le tengo miedo?
Sé que no se vuelve.
Y si le tengo miedo a algo
quizá sea a no llegar.
No llegar a tiempo a tu lecho.
Tener que vivir con tu recuerdo
sin jamás llegar a conocerte.
Llegar al fin del camino
sin haber sembrado una buena semilla.
Sí, tengo miedo, como Neruda,
de morirme sin haber labrado una mesa.
Aeropuertos
donde es Ulises
el que espera
Hijos de Sísifo
qué dios hemos ofendido
para correr la misma suerte
que Sísifo
Madre
Diría –como Poe–
que no hay palabra
más dulce. Pero
siempre se la he
dicho –petrificado–
a una extraña.
A Alba
La vida es extrañar.
ALBA
Alba, la vida será extrañarte.
En un instante la ola que te trajo
ya te aleja. Que el viento favorezca
la nave en que viajas y que todos
los puertos te reciban con brazos
abiertos. Dejas una huella
en nuestro corazón que ninguna
marea borra. Aquí quedamos
a la espera de nuestra próxima
embarcación. En cada puerto
preguntaremos por ti.
Telémaco
Me voici, mon père; votre fils est prêt à mourir pour
apaiser les dieux; n’attirez pas sur vous leur colère.
Fénelon
Canto 1
A quién buscas, Telémaco
en el agua estrellada
Por qué abandonaste
el encargo paterno
Por qué dejaste a Ítaca
en busca de nadie
Canto 2
Heme aquí, padre
dispuesto a aplacar a los dioses
No temas como Abrahám
No esperes otro cordero
Clava tu puñal en mi garganta
con la caricia paterna que nunca recibí
Descuartízame y tírame al vacío
que ya soy espectro sin tu cuerpo
Canto 3
Ya no caerá sobre ti la ira
que aún no he sentido
Ya puedes atravesar
el Aqueronte en paz
He aquí la moneda
Abre la boca
Miguel Alejandro Valerio es un poeta de origen dominicano. Su primer poemario, Los presentes de la muerte, fue galardonado con el Premio de Poesía de la editorial Paroxismo en 2012. Su segundo poemario, La noche de Ohio, fue editado por la misma editorial en 2015. También es académico y actualmente trabaja una tesis sobre la participación negra en los festivales de la América colonial, particularmente en México y Brasil.