18/4/08

José Juan Pérez Meléndez

RÍO AMBO
I.
Del Ambo, su costado empequeñecido
un arca que aparece y abre la boca
Del Ambo, animal empobrecido
quien se tiene y se toca
muerte retraída,
dónde están los gusanos y la tierra
y su lastre insepulto, cauce habido
que en el tiempo desemboca.



II. EL RASTRO DE LA ESPUMA
en un hotel de diez muertes al año
la piel a veces llora, porque no encuentra
dónde aterrizar.
el techo
va absorbiendo las horas,
que se quedan flotando por las esquinas
como una flor anaranjada y antigua.
en ocasiones, abanicamos ese hongo memorioso,
y las vibraciones microscópicas que inundan la voz en
un vaso de agua y que nos tomamos
se convierten en un río y se van a otra parte.


III. PHILADELPHIA
Yo también he visto ríos
ásperos, duros salmos sin nombre.
Y sus fallas, sus lenguas de cuervo
tocarme los pies con que cruzo.
He visto ríos pasar sin saberlo,
palpables como la canción de su espuma
que un día siguieron hacia el fondo mismo
sin ruta, ya definido mi rumbo.
He seguido el barro seco,
designio profundo de una marca
del cuerpo, la lucha ajena
de lo acaecido en el cauce lúbrico
por el que se anuncia, con los días,
nuestro regreso.


IV. BALTIMORE
la tinta abre el tiempo
de las luces que florecen
en el pantano de lo idéntico.
No es verdad que no estuve
por la línea informe de las calles
llamando al invierno en las ventanas por su nombre
lleno de carne, ahogado, las patrias yertas.
Sobre un lomo desbocado
sumo la espina, la savia dura del no lugar.
Y donde dejo las palabras, va quedando
un puñado oxidándose en la boca.

José Juan Pérez Meléndez. (Santurce, Puerto Rico, 1982) Es historiador y maestro. Ha traducido a Frantz Fanon y a Derek Walcott. Reside actualmente en la ciudad de Nueva York.