Humedad Insomne
Me besas desde el fondo
de cristal de la tierra.
Toda tu tierra
sedienta de raíces
sube hasta mí,
mineral de verdades
desde tus besos donde somos vuelo.
Es que quiero subir a la humedad
que nunca duerme, nunca entre tus labios.
Y en tus labios regreso
a ese mundo escondido:
mineral de tu luz
loca de luz conmigo,
amor mío, de sueños verdaderos.
de cristal de la tierra.
Toda tu tierra
sedienta de raíces
sube hasta mí,
mineral de verdades
desde tus besos donde somos vuelo.
Es que quiero subir a la humedad
que nunca duerme, nunca entre tus labios.
Y en tus labios regreso
a ese mundo escondido:
mineral de tu luz
loca de luz conmigo,
amor mío, de sueños verdaderos.
Rumor de hojas:
el miedo tiene voz
bajo la lluvia
el miedo tiene voz
bajo la lluvia
La niebla ondea
como un pañuelo herido
entre los árboles.
El verde monte
sobre el trigo silente
bajo el azul
Arquitectura entre los campos
Traté de recordar
cómo era antes la lluvia,
cuando los besos eran sólo
una punta de humedad entre el tabaco,
cuando los parques eran un esbozo
de arquitectura entre los campos.
cómo era antes la lluvia,
cuando los besos eran sólo
una punta de humedad entre el tabaco,
cuando los parques eran un esbozo
de arquitectura entre los campos.
Traté de recordar el mundo,
nuestro mundo ajeno
al llanto de las selvas,
al sueño curvado del arco iris,
al lento laberinto de los caracoles,
al gozo de la muerte.
nuestro mundo ajeno
al llanto de las selvas,
al sueño curvado del arco iris,
al lento laberinto de los caracoles,
al gozo de la muerte.
Y tan sólo encontré
esa larga humedad
en el viento y sus moldes
que vaticinan la noche y sus nieblas.
esa larga humedad
en el viento y sus moldes
que vaticinan la noche y sus nieblas.
Llamada
He llamado a la luz
para que venga
a soltarme el cabello.
Quiero ocultarme en él
para que tú me veas.
para que venga
a soltarme el cabello.
Quiero ocultarme en él
para que tú me veas.
He llamado a la luz…
Tengo miedo de la sombra
que todo lo enreda.
Tengo miedo de la sombra
que todo lo enreda.
Ciudad del sueño
Estás ahí, ciudad insomne,
horadada por túneles y por huertas,
siempre tan prisionera de la delgada noche,
siempre tan cerrada por los ángulos del sueño.
horadada por túneles y por huertas,
siempre tan prisionera de la delgada noche,
siempre tan cerrada por los ángulos del sueño.
Y te abres, a veces, como el misterio
para mostrarte en las madrugadas
diáfana de presagios,
familiar y terca como el abrazo.
para mostrarte en las madrugadas
diáfana de presagios,
familiar y terca como el abrazo.
A Valeria en la ventana
Tienes idéntico perfil
que el aire en el otoño.
Contrastas tan etérea,
tan hecha de luz y de estrellas
desafiando el sol de la tarde,
que me pareces Campanilla.
tan hecha de luz y de estrellas
desafiando el sol de la tarde,
que me pareces Campanilla.
Y como Campanilla
nos fuerzas a volar
a los que alguna vez
soñamos cuando niños.
nos fuerzas a volar
a los que alguna vez
soñamos cuando niños.
Montserrat Doucet. (Madrid, 1962) Licenciada en Filología Hispánica por la UCM. Imparte clases de Lengua y Literatura española y talleres poéticos desde 1985. Ha participado desde 1999 en Madrid en el Taller Trascendentalista de Poesía. Actualmente reside en Aranjuez. Autora de las obras Culpable de Milagros (Madrid, 2001), Paisajes hacia lo hondo (2002), El invierno de la rosa (2003) y Arquitectura entre los Campos y otros poemas. Ha sido incluida en la Antología de Poesía Quinta del 63.
