18/4/08

Tres poemas de Roxana Elena Méndez Arévalo

Memoria

Todo es presente ahora: mis ojos desatados
pueden ver la penumbra del cielo en este instante,
y en ese cielo inmenso, tan extraño y distante,
vuelan aves de siempre sobre sueños pasados.
Otras calles retornan y es presente en mis labios
que besan las siluetas de los que ya han partido:
los niños de otras tardes y el viento conmovido
que trae de la iglesia su aroma de incensarios,
y las beatas señoras musitando oraciones
y el abuelo en el patio cantándonos canciones
y las lentas campanas de las cinco doblando.
Las calles imprecisas retornan al silencio
y ese cielo de ahora que sufro y que presencio
comprendo que es de un día que existió no sé cuándo.



Un día…

Un día desperté
había
sobre la tierra enmohecida
una serpiente larga
del color de las ciénagas,
la tomé por la cola:
estaba muerta.


Esa noche soñé
con un campo de trigo
que mecía el invierno,
con una casa blanca de madera
y dos siluetas entre la neblina.
Una de ellas se fue,
pero la otra,
al cruzar el umbral
se perdió con las sombras
del invierno.



Puntos de luz…

Puntos de luz recorren la grama,
el viejo sillón verde
que da hacia la ventana
está mullido y suave
y el viento levanta
las ligeras cortinas hasta el cielo.
La puerta de la habitación
trae sonidos del pasado
y casi puedo escuchar
el frío de los árboles
que chocan entre ellos.
Ayer las tinieblas lo invadían todo,
pero este día es diáfano
como el ala luminiscente
de un insecto de otoño.

Roxana Elena Méndez Arévalo. (El Salvador, 1980) Publicó el libro Memoria en el 2004 y su obra ha aparecido en Antología de la Poesía Centroamericana (2008) y en Antologías de Juegos Florales (Concultura). Ha recibido el titulo de Gran Maestre en el género de poesía, otorgado por Concultura. La anterior es una selección de su libro Memoria.