Eidos
Temí pensar que eras
tú y no un lugar, el motivo de mi alegría.
Regresé temblando,
como un niño perdido,
recorriendo los
desolados rincones,
y contemplando la
infinita y geométrica parra.
El aire era tan
distinto a todo lo demás,
como cuando estabas
conmigo.
Las calles, tierra
mojada hacia el atardecer,
me llevaban a los
mismos y maravillosos lugares:
el tranquilo y
solitario cementerio,
el silencio
irrepetible del silencio,
el efímero
entusiasmo de saber que no nos cruzaremos con nadie.
Yo quería vivir
allí, por siempre,
en ese mismo
momento, y bajo esas precarias circunstancias.
(Tú preferías
volver, hacia el gris y sórdido detalle)
Aquí las horas
desaparecen;
mientras somos,
estamos siendo también el mayor de los enigmas.
Un lugar perdido y
desconocido por todos me delata.
Eres los otros, y ya
nadie te escucha.
Y sólo eres canción,
algunas palabras, elegía.
La tarde es la
tarde, y Borges es Whitman.
Ya no estás entre
mis páginas
y te escucho sólo en los sueños;
esa esperanza que no
existe.
Allí eres quien
conocía,
allí eres, mientras
dormías.
No siento tu
ausencia: todo lo fuiste.
La tarde
Has
hecho de mí un hombre sentado, solo, que bebe café y fuma,
y
enciende el próximo cigarrillo con el que ya termina.
Me has
llevado a la profundidad de mis pensamientos;
aquellos
que no deseo tener,
pero que
igual insisten en sobrevivir.
La
exhibición de un cuerpo, allí afuera,
que
escribe algo que servirá de poco (o mucho)
ya que
al menos me distrae.
Intento
olvidarte, tarde que ya se marcha;
y que
volverá, todos los días hasta el fin.
Para
vislumbrar a un hombre, en el mismo lugar,
que
compondrá un verso superior a éste.
La noche
te apaga, lentamente,
llevándote
a un sitio que tú sola conoces.
¿Qué
haces en aquel momento, ingobernable tarde?
¿Eres tú
aquella misma, que en otros lugares
se
aproxima mientras aquí desapareces?
¿En qué
te diferencias del resto del día?
Te
siento distinta a todo lo demás:
ya que
en la tarde es cuando suceden las cosas.
Rostro
del tiempo, reconciliador puente, eterno cambio, luz y sombras;
tendré
que acostumbrarme a vivir sin esas respuestas.
Quizá
seas, como nosotros, sólo un disfraz de lo imperceptible.
Develar
Develarle
al hombre
que los
ángeles no están en el cielo,
sino
debajo, en lo más profundo de la tierra.
Develarle,
también,
que ya
ha experimentado la eternidad y la muerte;
y que
todo es posible,
mientras
exista la convicción y el argumento.
Develarle
que un pez en el agua
vale
tanto como un ave en el cielo,
y como
un niño que camina, solo e indefenso.
Develarle
que beber vino,
no es
sino anhelar nuevas cosas;
que el
sapo y el lagarto le huyen,
pero no
lo respetan.
Que el
cielo es celeste,
aunque
solo eventualmente.
Que su
sombra no es sino el reflejo adverso de su alma.
Develarle
al hombre que aquél que lo comprende,
se
transforma en su amo;
y que
los Evangelios Apócrifos
son tan
falsos como la verdad y la mentira.
Develarle
que en la ciudad
se aleja
insistentemente de sí mismo;
y que
aquél a quien más teme, es sólo él y nadie más.
Develarle
que el mar
será un
sinónimo de literatura;
y que un
ejemplo
no es
sino una metáfora cotidiana.
Develarle
que Schopenhauer
inmortalizó
el universo en veinticinco años;
y que
extrañar es la forma
más
desinteresada de querer.
Develarle
al hombre que no hay viaje más grato que el del tren,
y que la
mañana es la primera y última puerta del día.
Develarle
también que aquello de lo que escapa
no se
encuentra en su camino;
y que
sus pensamientos
son sólo
una vaga e inútil extensión de lo que siente.
Develarle
que una poesía crea,
que una
ley destruye,
y que lo
único que permanece en la quietud es su mirada.
Juan Arabia (Buenos Aires, 1983) Es el Fundador y Director de la Revista Literaria Megafón, http://www.revistamegafon.com.ar/, que se edita tanto en forma virtual como impresa en la ciudad de Buenos Aires. Su primer poemario, titulado Canciones del Gólgota, ha tenido el privilegio de ser prologado por uno de los grandes poetas argentinos: Luis Benítez. Actualmente dirige un seminario sobre las vanguardias estéticas de los años 30` en Argentina. (seminariovanguardias.blogspot.com).