18/4/08

Traduciendo a Philip Larkin



Traducido por Frank Báez y  José Juan Pérez Meléndez





XVI 
A la una, la botella acabada; 
a las dos, el libro cerrado; 
a las tres, los amantes se dan la espalda, 
el amor y su comercio terminados; 
y ahora las agujas luminosas del reloj 
dan más de las cuatro, 
aquella hora nocturna en que los callejeros vientos 
molestan la oscuridad. 

Y tengo tantas ganas de dormir; 
tantas ganas, que estoy a punto de creer  
que el mudo río que se vierte en la cueva 
no es ni fuerte ni profundo; 
Tan sólo una imagen, una fantasía encaprichada. 
Me tiendo y espero por la mañana, y los pájaros; 
y mi primer paso en  la calle sin barrer, 
y las voces de muchachas que llevan bufandas. 

De The Night Ship  
Frank Báez 



Viento de la boda 
El viento sopló todo el día de mi boda, 
y la noche de mi boda fue la noche del viento más fuerte; 
y la puerta del establo estaba golpeando, una y otra vez, 
al punto que él tuvo que ir a  cerrarla, dejándome 
como una idiota ante la luz de una vela, oyendo la lluvia, 
viendo mi rostro en el retorcido candelero, 
mas viendo nada. Al retornar 
dijo que los caballos estaban cansados, y yo estaba más triste 
que cualquier hombre o bestia que a esa noche debió faltarle 
la felicidad que tuve.    

Ahora durante el día 
Todo despotrica bajo el sol por los asaltos del viento. 
El se ha ido a mirar las inundaciones, y yo 
cargo una pala de madera al corral, 
La coloco, y contemplo. Todo es el viento 
Que caza a través de nubes y bosques, destrozando 
Mi delantal y la ropa que cuelga del cordel. 
¿Puede nacer, hacerse corpóreo empujado 
Por el viento alegre de mis acciones, como un hilo cargado de 
Cuentas? ¿Debo ponerme a  descansar 
Ahora que esta mañana perpetua comparte mi cama? 
¿Puede incluso la muerte secar 
Estos nuevos lagos deleitables, apurar  nuestros ruegos
De rodillas, al igual que el ganado, por todas estas generosas aguas? 

De The Less Deceived 
Frank Báez

Los Días 
¿Para qué son los días? 
Los días son donde habitamos. 
Se aproximan  y nos despiertan 
una y otra vez. 
Existen para estar felices en ellos:  
¿Dónde se puede vivir fuera de los días? 

Vaya, responder esta pregunta 
Trae al cura y al doctor 
Con sus largos abrigos 
Corriendo a través de los campos.    
De The Whitsun Weddings
Frank Báez 

Dublinesque 
Bajo callejones de estuco, 
Donde la luz es peltre 
Y la niebla vespertina 
Alumbra tiendas y programas 
Hípicos y rosarios, 
Un funeral avanza. 

El féretro al frente, 
Pero lo siguen de cerca  
Una tropa de andantes 
En anchos sombreros floridos, 
Mangas de piernas de cordero, 
Y vestidos hasta el tobillo. 

Existe un aire de gran camaradería, 
Como si estuvieran honrando 
A una que le tuvieron cariño; 
Unas dan traspiés, 
las faldas sostenidas con astucia
(alguien de vez en cuando aplaude), 

Y también con una gran tristeza.  
Mientras retornan 
Se escucha una voz que canta 
Acerca de  Kitty, o de Katy, 
Como si el nombre significara de pronto 
Todo el amor, toda la belleza. 

De High Windows. 
Frank Báez 

Annus Mirabilis 
Las  relaciones sexuales comenzaron 
En mil novecientos sesenta y tres  
(Lo que fue muy tarde para mí) –  
Entre el fin a la censura a Chatterley 
Y el primer elepé de los Beatles.  

Hasta entonces lo único que hubo 
Fue un regateo,   
Discusiones por un anillo, 
Un oprobio que empezó a los dieciséis 
Y se propagaba en todo.   

De repente se acabó la disputa:   
Todo el mundo se sintió igual, 
Y el día a día se convirtió 
En un magnífico derroche,  
Un partido en que no se pierde. 

Así que la vida no fue nunca mejor que 
En mil novecientos sesenta y tres
(Aunque ya muy tarde para mí) – 
Entre el fin a la censura a Chatterley 
Y el primer LP de los Beatles. 

De High  Windows 
Frank Báez 
Las altas ventanas  
Cuando veo una pareja de chicos
e imagino que él se la está tirando y ella
está tomando pastillas o usando un diafragma,
me doy cuenta de que éste es el paraíso

Todos los viejos han soñado la vida entera –
lazos y gestos echados a un lado
como tractor de cosecha pasado de moda,
y todos los jóvenes tirándose por la larga chorrera

hacia la felicidad, sin fin. Me pregunto si
alguien me miraba, cuarenta años atrás,
y pensaba Qué vida ésa;
sin ningún Dios, sin tener que sudar de noche
por cosas como el infierno, o que esconderle
al cura lo que uno piensa. Él y su gente
bajarán por la larga chorrera
como malditos pájaros a pique. Y de inmediato

en vez de palabras pienso en las altas ventanas:
el vidrio abarcando el sol,
y más allá, el aire azul oscuro, que nada
muestra, y no está en parte alguna, y no acaba.

De High Windows 
José Juan Pérez Meléndez
Pasos tristes 
Hacia la cama a tientas después de mear
abro las gruesas cortinas y me sorprenden
las nubes rápidas, la limpidez de la luna.

Son las cuatro: jardines acuñados de sombras yacen
bajo el cielo cavernoso, de vientos forzado.
Hay algo risible en todo esto,

la manera en que la luna se lanza por las nubes que soplan
con la soltura de humo de cañón para apartarse
(luz de color pedregoso va afilando los techos de abajo)

alta y absurda y separada –
¡Pastilla de amor! ¡Medallón del arte!
¡Oh lobos de la memoria! ¡Inmensidades! Pero no,

Uno tiembla ligeramente al mirarla.
La dureza y el brillo y la llana
Individualidad abarcadora de esa mirada amplia

Es un recordatorio de la fuerza y el dolor
De la juventud, que no volverá pero
Persiste para otros, en algún lugar, irreducible.

De High Windows 
José Juan Pérez Meléndez

Un Escritor 
“Interesante, pero fútil”, decía su diario,
En donde día tras día sus movimientos eran grabados 
Y nada más que sus amores eran cuestionados; 
Por supuesto, él sabía, que ninguna acción era recompensada, 
No habían premios: aunque el ojo podía ver 
La belleza a sus anchas en un movimiento o en una pausa, 
Sus necesidades no esperaban un salario que estuviera 
Más allá de la evacuación de los aplausos momentáneos. 

Vivió por años y nunca se sorprendió: 
Un miembro de su tonta y  mentirosa raza 
Explicaba sus vicios: comprendiendo 
Que era un don que él solamente poseía:  
Mirar el mundo directamente a la cara; 
La cara que él no reconocía como la suya.    
  
De Uncollected Poems 1940- 1972
Frank Báez 
Philip Larkin. (1922-1985) Poeta, novelista y crítico de jazz británico. Estudió en la Universidad de Oxford. Publicó en vida los siguientes libros:  The North Ship (1945), XX Poems  (1951),  The Less Deceived (1955), The Whitsun Weddings (1964) y  High Windows (1974). Estos poemas se encuentran compilados en el volumen de poesía completa: Collected Poems 1938-83 (1988).  También publicó las novelas Jill (1946) y A Girl in Winter (1947). Fue bibliotecario de la Universidad de Hull a partir de 1955. En 1973 publicó la antología de poesía: The Oxford Book of Twentieth Century English Verse.  Fue crítico de jazz del diario The Daily Telegraph (1961-1971). Sus ensayos sobre jazz están recopilados en Jazz: Un diario 1961-68 (1970). En 1993 se publicó su biografía, escrita por el poeta Andrew Motion, quien ha editado en lo adelante sus cartas y su poesía completa.