12/4/07

Damsi Figueroa

JUDITH Y ELEOFONTE
Eleofonte y Judith
Amadores desesperanzados
Imitadores de muertes sucesivas
Ambos paridos en la cueva de Faetón
Por la ociosa necesidad de existir
Ociosa necesidad de trascender
los círculos fosforescentes
del Sinmemoria
Macho cabrío Eleofonte
Cálido desorientado eterno besador
de labios negros propios y prestados
¡Ah y la hermosa virgen ocasional!
Labia toda
Labia entera
Labia entreabierta como sombra extinta
Danzante
Fundadora del deseo sobre la Tierra
Reencarnación sagrada
de todas las carencias del mundo

Ella que no es lo que es
Amará lo que amará por otros
hasta vencer a Eleofonte
El espejo sutil de su Pureza.






ELEOFONTE SALE EN BUSCA DE LA PUREZA PARA JUDITH
Veamos al señor del delirio
compuesto para la batalla
Ha expulsado a las estaciones de su epicentro
y les ha ordenado naufragar
en los ojos de los hombres
Ha partido por la mitad las horas y los años
Sin prisa ha trenzado
los cabellos de todo su cuerpo
Ha perfumado sus manos
Despídese sin mirar de la niña ciega
De la labia que llora
y que tampoco lo mira
Desordena los astros y luego los sigue
Con el ojo en el vacío coge el horizonte
Al galope el animal se hunde
en el mundo de las tetas cortadas
De espaldas a la labia corre
Ve caer colores en los cuerpos de Natura
que son cuerpos de mujer
en su dolor y en su belleza
Eleofonte en el segundo fasto
separa mandíbulas y piernas
Surca la tierra de aguas pegajosas
Se vuelve canto mondo verosímil necesario
en el intento de sudar las fuerzas
hasta rescatar de los hombres
la Pureza de la ciega.

EL HOMBRE LOBO
No es un lobo el hombre cuando se salva
y brillan como agua sus ojos en el bosque
Reconociendo en las sombras su designio,
el hombre, aún cuando ama y mata
sigue siendo hombre.


Es un lobo aquel hombre que aún salvándose
Reconoce a los otros lobos
y sólo ama y mata a los de su especie.

Hombre y lobo aman para romper los espejos

Sólo es un lobo aquel hombre
que vuelve a mirarse en el espejo roto
una y otra vez
una y otra vez
Aquel que tropieza con una soledad multiplicada
fracturada y equívoca
con el poema.

Yo no soy ni hombre ni lobo
Yo soy la amante de ambos
Por eso sé como baten la lengua
sé donde esconden la presa el beso
los restos de mi carne.

Yo soy de la especie a la cual pertenece
todo aquel que se sabe alimento
palabra alimento
para perros
para hombres
para lobos.

EL TIEMPO
Insomne la luz dispara dardos sobre los cuerpos
Los cuerpos deben abrazarse
Hasta hacer caer la noche
A oscuras los abrazos deben repetirse


La noche debe caer sobre los cuerpos
Oscureciendo los abrazos hasta hacerlos desaparecer
El ojo debe desaparecer
Para que los abrazos sean soñados

La oscuridad dispara dardos sobre los cuerpos
En el sueño los cuerpos deben abrazarse
A la luz del sueño la intermitencia de los abrazos debe abrir el ojo
Para que los cuerpos despierten

El ÚLTIMO
Ando buscando un árbol
que de sombra
entre cuyas raíces repose un cuerpo
que ya no lo sea tanto


Ando buscando un árbol
que de una sombra larga
pero profunda

Ando buscando una humedad
que se hunda como un túnel
en la tierra negra

Ando buscando una humedad
olorosa
con olor a sombra y árbol

Ando buscando un libro, seguramente
no un libro abierto sobre dos rodillas

Ando buscando un libro
para no humedecerme las nalgas
cuando me siente bajo la sombra
del árbol que ando buscando.



ESTACIÓN
Maldigo el beso del vino que se llevó las palabras
La mano del hombre que le arrancó la lengua al vaso
Afasia de los tristes y los locos
Maldigo el silencio
todo el dolor arrojado en esta mesa
He escrito un poema para resucitar a mi padre
Para devolverle el entendimiento
pero el carruaje también encierra su cisma de diamante
y las almas prefieren, a veces, la cuenca vacía
para depositar el eterno olvido de sí mismas.

Damsi Figueroa (Talcahuano, 1976). En 1993 es invitada al Encuentro Nacional
de Escritores en el Bío-Bío. Ha participado en el primer y segundo Encuentro de Poetas Universitarios, organizados por la Federación de Estudiantes de la Universidad de Concepción. Su poesía figuró inicialmente en antologías de ganadores de diversos concursos regionales y, actualmente, en revistas universitarias. Ha publicado “Judith y Eleofonte” (Editorial Letra Nueva, 1995) y "Cartografía del éter” (Ediciones del Temple, 2003).