19/9/08

Cinco poemas de Miguel Barnet




Barrio Chino
Yo te espero
bajo los signos rotos
del cine cantonés.
Yo te espero
en el humo amarillo
de una estirpe deshecha.
Yo te espero
en la zanja donde navegan
ideogramas negros
que ya no dicen nada.
Yo te espero a las puertas
de un restaurante
en un set de la Paramount
para una película que se filma a diario.
Dejo que la lluvia me cubra
con sus raíles de punta
mientras presiento tu llegada.
En compañía de un coro de eunucos,
junto al violín de una sola cuerda
de Li Tai Po,
yo te espero.
Pero no vengas
porque lo que yo quiero realmente
es esperarte


Che
Che, tú lo sabes todo,
los recovecos de la Sierra,
el asma sobre la yerba fría
la tribuna el oleaje en la noche
y hasta de qué se hacen
los frutos y las yuntas.

No es que yo quiera darte
pluma por pistola
pero el poeta eres tú.


Fe de erratas
Donde dice un gran barco blanco
debe decir nube
donde dice gris
debe decir un país lejano y olvidado
donde dice aroma
debe decir madre mía querida
donde dice César
debe decir muerto ya reventando
donde dice abril
puede decir árbol o columna o fuego
pero donde dice espalda
donde dice idioma
donde dice extraño amor aquel
debe decir naufragio
en letras grandes.


A J.L.B.
Yo también pienso en las cosas
que pudieron ser y no fueron
Pero son cosas que tú y yo
no compartiríamos
Por ejemplo, que el rostro de Helena
quedara o no en la historia.
Que Beda llegara o no a escribir
el tratado de mitología sajona
que tú, severamente, le impusiste
Lo que me importa son otras cosas,
mucho menos tantálicas,
las manos que no pude tocar,
los ojos que una vez me miraron con terror
y que amé,
la culpa que quedó atrapada
en la rama de un árbol,
el pájaro que no cantó porque le apretaron
el cuello y que no aparece en ningún tratado
de ornitología,
la muerte que no tendré, abismal y catártica
junto a la fuente de Antinoo,
el espejo y el tigre de tu oscuro laberinto,
El Borges que no fui por culpa de Borges.


Oriki para Bola de Nieve
Caballero de Olmedo,
juglar herido por la flecha de Ochosi, el cazador,
ven en tu trineo de yaguas
y enciende las calabazas.
Dueño de la fragua y del colmillo del jabalí,
sumérgete en la espuma de las cinco palanganas de Ochún.
Entra, con tus calderos de cobre,
al monte carulé,
apaga los grillos,
estruja las esponjas,
que aquí estamos flautas, arcángeles
péndulos silbantes
para oír cómo crujen tus viejos caracoles.
Vamos, despréndete de los cascos,
salta estremecido del Puente a la Alameda
y déjanos tu capa de lagarto raída,
tu ronquera ancestral,
tu canto antiguo.
Zumba la curiganga
mi negro
¡Zumba!
Zumba la curiganga
mi negro
¡Zumba!


Miguel Barnet. (La Habana, 1940) Escritor, poeta y antropólogo. Obra poética publicada: La piedrafina y el pavorreal (1963), Isla de güijes (1964), La sagrada familia (1967), Orikis y otros poemas (1980), Carta de noche (1982), Viendo mi vida pasar (antología, 1987), Mapa del tiempo (1989), Poemas chinos (1993), Con pies de gato (antología, 1993), Actas del final (2000) e Itinerario (2008). Sus más relevante novelas son: Biografía de un cimarrón (1966), Canción de Rachel (1969), Gallego (1983), La vida real (1986) y Oficio de ángel (1989). Su obra ha sido galardonada con el Premio Nacional de Literatura de Cuba, Premio Juan Rulfo, Premio Intrernacional Trieste Poesía, Premio Internacional Camaiore y el Premio Donoso.