25/11/08

Viviana Abnur

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mi abuela cuidaba enfermos
cuenta
que si un hombre está por morir
deja caer la mano hasta el suelo
intenta clavar las uñas
y hasta el último segundo
hurga allí desesperado
después
cielo y tierra se funden a su palma
no se improvisa en vano
dice
en ese borde



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no se puede nombrar
apenas sobrevive a tu prisión de arena
habrá que conformarse
con esta resolana
su eco pronunciado en nuestra casa
efímera permanencia
en nuestra boca


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construir un muro con lo no dicho
y protegerme


no
para quedarme en él

sino
para dártelo a romper
con cada palabra
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fundé mi casa
en la caricia del comienzo

creer en el lugar que nos espera
hacerlo propio
cimiento resguardado
en cada menudo gesto
mañana tal vez
muralla

por qué la estría
se ahonda con la sangre
por qué

más allá de mi puerta suena un río
lleva piedras como plumas
la enramada va con él
habrá nido en otra puerta
en otra casa
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como al descuido
acariciás la hoja
acariciás mis poemas sin saberlo
sin mirarme
en la demora
de las últimas palabras
la seducción del muro
que cae

apenas un instante
para coser los restos

¿habrá belleza que se iguale
a la demolición?


De: Circo

Revelaciones en el jeep
una serpiente escondida
entre las ruedas de la camioneta
pudo anoche
con seis palomas

desdicha para mi padre
habrá que reponer

llegábamos con los bidones
repletos de agua
cuando escuchamos los gritos

la mataban entre dos
a puro hachazo

1970
la casa enorme
su piso de madera lustrada
la mesa
el barral que la ciñe por lo bajo

en las tardes de invierno
jugar ahí hasta el anochecer
navegar en ese barco

en el rincón
los leños se consumen
lento

arriba
sobre el winco
gira y gira lafayette

mi abuela
canturrea acalorada
y cada tanto
por las dudas
hecha un vistazo

todavía huele deliciosa
la sopa que prepara
en la cocina

siempre habrá
un costado que resista
que no se desplome del todo
entre las cosas y uno

Rutas al sur
a Jorge Abnur
en memoria

viajo sentada a tu lado
en la cabina oxidada de un jeep gladiator

pasan las horas y tu voz
despliega su bitácora de viajes truncos

ahí
donde el camino enrojece
aguarda la tormenta
enorme dentellada se prepara
detrás de la colina

pero avanzamos
sonrientes
ajenos a cualquier evocación

pronto la lluvia ahogará las bocas
los huesos humearán
las palabras trocarán en certezas
irremediablemente

Fiesta
de madrugada
llegan los hombres
el enano
todavía dormido
borracho y desnudo
en una jaula

es el fin de la fiesta
y así
como si nada
vuelve a la cama
mi padre
el anfitrión

él sabe
enhebrar ceremonias
para hilvanar nuestros días



Viviana Abnur. (Buenos Aires, Argentina, 1964.) En el 2002 publicó el libro de poesía: Quién asesinó a Bambi. Desde 2004 codirige el ciclo de homenajes literarios Farandol, en la localidad de Haedo, Bs. As., junto a Carlos Dariel y Pablo Strika. Desde 2005 edita Tríada, revista virtual de poesía argentina. (http://ar.geocities.com/triadapoesia) Poemas de su autoría han sido publicados en las revistas Letralia (Venezuela), Poesite (Venezuela), La porte des poètes (Francia). Actualmente reside en Haedo y se desempeña como maestra en la localidad de El Palomar. La siguiente selección de poemas pertenece al libro inédito Agosto.