Cotidiano
Como
sucede con los cuadros que cuelgan
en las
paredes
cada
mañana sorprendes
una leve
inclinación en tu adentro
cada
mañana crees corregir este desnivel
pero entre
la primera posición y la segunda
queda
siempre un residuo
una brizna
de polvo que se acumula
Sobre esta
oscura aritmética se edifica tu alma.
La breve
luz de una ventana intermitente
como si
una mano burlona provista de una lámpara
quisiera
hacer creer al transeúnte
que hay un
mensaje detrás de las cortinas
Botánica
La hoja
ama la luz
pero la
raíz es negocio de sombras
sobre este
asunto capital
el árbol
no puede andarse
por las ramas
Mantarraya
Por algún
divertido arreglo
los dos
muchachos han dividido en dos la mantarraya
como si
fuera una hoja de papel
y ahora
cada uno lleva su parte colgando de la mano
Ya nada
queda de la gracia que el animal
exhibe en los acuarios
ondeando,
sumergiéndose, elevándose en el agua
todo su
cuerpo como dos extrañas alas
Mientras
la ofrecen a lo largo de la playa los dos muchachos
aseguran
que con ella se prepara un excelente
y
vigorizante cocido
Las dos
partes siguen vivas
A veces
una de ellas levemente se estremece y aletea
como si
una parte reclamara la otra
O como si
conservara alguna oscura memoria de su vuelo
Poema probable
El asunto
podría ocurrir así:
El ser se
retrae
Todo le es
trance, desconocimiento
extática vigilia
El oculto
don de las alas que ha estado escrito en algún lugar
de su
crujiente biología, se despliega
Grieta,
latencia, derrumbe
Al ser
todo esto le es extraño
como si en
su interior alguien lo estuviera soñando
Al final
la
libélula que ya no se reconoce en la vieja escoria de su cuerpo se eleva
y la
minuciosa caparazón abandonada
como se
abandonan los andamios y aparejos usados en una construcción
colgará en
algún ramaje del jardín
Probablemente
cuelgue muy frágil y el viento acabe arrastrándola
Probablemente
se deshaga en las manos curiosas de un niño
Probablemente
tú, podando los ramajes, la encuentres
Probablemente
este hallazgo te plantee un imperioso enigma:
¿Qué
misteriosa vocación de altura lleva a la larva de la libélula a dejar de ser
una
criatura de agua para convertirse en una criatura de aire?
Probablemente
se te ocurra que este mínimo esqueleto es una especie de fósil
que, de
algún modo, bien pudiera ofrecerte algún indicio
acerca de
la arqueología del alma o la sigilosa alquimia de tus alas
Y aquí,
probablemente, se detiene el poema
Y prosigue
su vuelo el deseo, el más puro esplendor de la fábula
De la vida
Vivir…qué
caso tan extraño
Vivir…y de
gracia, además, ser
un ser humano
Con una
cabeza como expuesta grácilmente en picota
decapitada, sobre su propio
cuello
con manos
para poner en orden o desorden cada hebra de cabello
con
sombrero para asombrar esa cabeza y sacarla a pasear
bajo los días perros
Un alumno
de mi universidad lleva el cabello de color amarillo
Qué color
más bullicioso el amarillo
Pero él
habla tan callando
Como si su
animal se hubiera apostado a la entrada de la boca
y devorara
las palabras que intentaran salir
¿Qué clase
de animal será ese?, me pregunto
¿Será
serpiente como el mío?
La otra
tarde, al concluir un examen, me entregó la hoja de respuestas en blanco
con una
pregunta:
¿Qué
prefiere para alimentar a su serpiente: ratones o pichones de
codorniz?
Así supe
que también era serpiente su animal
Vivir…qué
cosa más extraña
Él y yo
apenas nos saludamos
Pero las
dos serpientes se entienden, se entrelazan, se entredanzan,
trafican
entre sí: escamas, bichos, colmillos, caricias, palabras…
Por eso,
creo, mi sombrero decidió mudarse a su
cabeza amarilla
Por eso
ahora callo tan hablando
Vivir…qué
saco tan extraño
cada quien
con su serpiente oculta al fondo
Por eso
nunca está de más llevar un buen morral repleto
para ir
mordiendo por el camino
Rómulo Bustos Aguirre (1954, Santa Catalina de
Alejandría, Bolívar). Autor de Muerte y levitación de la ballena con el que obtuvo el Premio de Poesía Blas de Otero, Rómulo Bustos Aguirre es uno de los grandes poetas colombianos. Este año el Fondo de Cultura Económica reeditó su obra reunida La Pupila incensante (1988-2013).