A Walt Whitman:
Usted ha recién vivido los mayores setenta años de la historia del mundo: los más ricos en beneficio y en progreso de sus pueblos. Estos setenta años han hecho mucho más para ampliar la brecha entre el hombre y los animales que cualquiera de los cinco siglos que los precedieron.
¡De cuán grandes nacimientos ha sido testigo! La prensa de vapor, el barco a vapor, el barco de acero, el ferrocarril, el perfeccionamiento de la desmotadora de algodón, el telégrafo, el fonógrafo, la fotografía, el foto-grabado, el electrotipo, la luz a gas, la luz eléctrica, la máquina de coser, y los increíbles e infinitamente variados e innumerables productos del alquitrán de hulla, las maravillas más extrañas de una época maravillosa. Y usted ha visto nacimientos aún mayores que esos; porque usted ha visto la aplicación de la anestesia en la práctica quirúrgica, mediante la cual el dominio del dolor antiguo, que comenzó con la primera vida creada, llegó para siempre a su fin en esta tierra; usted ha visto al esclavo liberado, ha visto la monarquía desterrada de Francia, y reducida en Inglaterra a una máquina que hace un imponente espectáculo de su diligencia y atención a los negocios, sin estar relacionada con las obras. Sí, usted ha visto mucho - pero permanezca todavía un tiempo, pues lo más grande está por venir. ¡Espere treinta años, y luego mire hacia fuera sobre la tierra! Veréis maravilla sobre maravilla agregadas a esos nacimientos de los que ha sido testigo, y visibles por encima de ellos veréis sus resultados formidables -el hombre en casi toda su estatura, ¡por fin!- Y seguirá creciendo, creciendo visiblemente mientras usted observa. En ese día, aquel poseedor de un trono o un dorado privilegio inalcanzable para su prójimo, le procurará sus zapatillas y se prepararán para bailar, ya que habrá música. ¡Aguante, y verá estas cosas! Treinta de nosotros que le honramos y amamos le ofrecemos la oportunidad. Tenemos entre nosotros 600 años, buenos y sólidos, depositados en el banco de la vida. Tome 30 de ellos - el más rico regalo de nacimiento jamás ofrecido a un poeta en este mundo - y siéntese y espere. Espere hasta ver la gran figura aparecer, capturando el brillo lejano del sol sobre su bandera; entonces usted podrá apartarse satisfecho, sabiendo que ha visto a aquel por quien la tierra fue hecha, y que va a proclamar que el trigo humano es mayor que la humana cizaña, y procederá a organizar los valores humanos sobre esa base.
Mark Twain.
Nota. Para celebrar los 197 años de Walt Whitman, Giselle Rodriguez Cid traduce la hermosa carta que Mark Twain le envió al poeta en 1889, en víspera de sus 70 años.
Imagenes: Beinecke Rare Book & Manuscript Library