Revista Ping Pong: ¿Cuál fue tu primer contacto con la publicación: recitales, revistas, premios…?
Román Luján – Comencé a escribir poesía a los dieciséis años, durante un viaje a Italia, y mi primer poema apareció en una revista a los diecinueve. Antes había publicado algunos cuentos, malísimos todos. Como a los veinte años, siendo estudiante de derecho y de un diplomado en creación literaria, comencé a coordinar talleres literarios en Querétaro, actividad que realicé por casi una década. Lo demás fue pura inercia. He ganado dos premios nacionales de poesía joven por mis libros Instrucciones para hacerse el valiente y Deshuesadero, respectivamente. Sin embargo, tengo la sensación de que Drâstel, mi último libro, es en realidad el primero.
Revista Ping Pong: ¿Cuál es la imagen que piensas que se proyecta de la actual poesía en Hispanoamérica? ¿Consideras que se atiene a la realidad de la actual creación?
Román Luján – No sé cómo se podría proyectar una imagen de la poesía hispanoamericana. En todo caso, diría que el signo de los tiempos consiste en entender cómo determinadas comunidades culturales usan Internet y sus subproductos para crear y poner en circulación poesía… Se ha dicho hasta el cansancio que gracias a Internet ahora tenemos acceso a materiales que antes eran inconseguibles fuera del contexto donde eran producidos. Es verdad; cualquier interesado con curiosidad intelectual y acceso a la red puede enterarse de lo que se está escribiendo en Ecuador, Chile o Guatemala. Una maravilla. Sin embargo, este acceso no ha generado una discusión transnacional —ni siquiera local— sobre los efectos de la sobre abundancia de textos poéticos ni, mucho menos, ha conducido a un cambio de paradigmas sobre los temas y formas de escribir poesía en español. Por el contrario, las más de las veces, los blogs y páginas web de poesía reproducen la insularidad intelectual de los poetas que los crean. Casi todos eligen replegarse en sus parcelas y sólo leer a sus amigos en línea, como si nada estuviera pasando. No lo entiendo. Las pocas discusiones, cuando las hay, son revisiones a la eterna querella entre experimentales y conservadores; entre internacionalistas y nacionalistas. No obstante, hay que decirlo, en contadas pero valiosas ocasiones, surge algún poeta interesantísimo, capaz de renovar la práctica del poema —su escritura, su conceptualización, sus motivos, sus materiales, sus modos de circulación— a partir de tal sobreabundancia de insularidades.
Revista Ping Pong: ¿En estos momentos conoces o tienes referencias de la poesía dominicana y/o caribeña?
Román Luján - Me interesa la poesía de los dominicanos Manuel del Cabral, León Félix Batista y Néstor Rodríguez; de los puertorriqueños Luis Palés Matos y Sylvia Figueroa; de los cubanos José Kozer, Antonio José Ponte, Damaris Calderón, Rogelio Saunders, Javier Marimón y algunos más.
Revista Ping Pong: ¿Consideras que hay algún blog interesante y con repercusión y/o trascendencia en el tejido poético mexicano?
Román Luján - No estoy muy seguro si se puede hablar de una verdadera repercusión de los blogs en la poesía mexicana, pero sí existen algunos referentes de interés. En su momento, el más notorio fue Las afinidades electivas / Las elecciones afectivas (http://www.laseleccionesafectivasmexico.blogspot.com/) bola de nieve iniciada en Argentina por el poeta Alejandro Méndez, y coordinado en su capítulo mexicano por el poeta y editor Rodrigo Castillo. Muchos poetas nacidos en los setentas y ochentas se leyeron ahí por primera vez, y continuaron conociéndose y desconociéndose en encuentros literarios, revistas y demás proyectos. Desafortunadamente, los cobardes anónimos —que nunca faltan— comenzaron a lanzar ataques personales contra algunos poetas en el apartado de comentarios. Todo se malogró, sobre todo el entusiasmo por el blog. No obstante, Rodrigo Castillo, diligentemente, sigue subiendo entradas de vez en cuando.
Una bitácora que me gusta mucho es Nueva Provenza (http://nuevaprovenza.blogspot.com/). Es un blog discreto, sin un diseño distintivo, pero con un excelente curador, Inti García Santamaría, uno de los poetas jóvenes más interesantes de México. En cada entrada Inti hace gala de un gusto exquisito en poemas, traducciones y fragmentos de ensayos sobre poesía.
Otra referencia importante es No hay tal lugar (http://cristinariveragarza.blogspot.com/) de la escritora politextu(r)al Cristina Rivera Garza, donde van a parar sus textos de La mano oblicua, la genial columna que publica en Milenio, las entradas de La cámara verde, una excelente columna de escritura experimental que coordina para el Periódico de Poesía, amén de otros textos híbridos e, incluso, adelantos de sus libros en proceso. Una delicia.
Un blog que va empezando pero que seguramente dará mucho de qué hablar es preguntas + poetas (http://preguntaspoetas.blogspot.com/), sitio de entrevistas (inteligentísimas) a poetas mexicanos contemporáneos, curado por el poeta y traductor Hugo García Manríquez. Indispensable para comenzar a entender los rumbos de la poesía mexicana, sobre todo en su vertiente experimental.
Revista Ping Pong: ¿Cuál es la relación que mantienes con Octavio Paz? ¿Sigue siendo el gran enemigo como se lee en los Detectives Salvajes de Bolaño?
Román Luján - Siempre he disfrutado la poesía y los ensayos de Paz; lo enseño a mis estudiantes, trabajo parte de su obra en mi tesis doctoral. Sin embargo, nunca le he profesado ninguna clase de devoción; lo leo en diálogo con otros poetas mexicanos que me encantan, como Xavier Villaurrutia, David Huerta, Tedi López Mills o Luis Felipe Fabre.
No creo que Octavio Paz sea el enemigo ni el poeta a superar. Quizás lo fue, pero ya no se le toma en cuenta de la misma manera. Cierto, hace unos años, quizá una década, se le leía con fervor casi religioso, pero hoy su obra se lee en un contexto mucho más amplio, que abarca a figuras —complementarias y disímiles— como José Carlos Becerra, Ulises Carrión y Gerardo Deniz, por citar tres casos relevantes.
Revista Ping Pong: ¿Qué relación mantienes con el resto de la poesía hispanoamericana?
Román Luján - En realidad, para mí no existe esa noción de resto. Todo es resto. Siempre he sido un lector omnívoro, antropofágico en el sentido oswaldiano. Me guío por el asombro —textual, sonoro, visual—, por la potencia del lenguaje, por lo inaugural de la práctica textual, por la desarticulación de cualquier dogma o demagogia en el poema, sin importarme si el autor es boliviano o paraguayo. Concibo a la poesía en lengua española como un todo mutante, fragmentario y antagónico; una entidad permeable a otros códigos lingüísticos, como el spanglish y el portuñol. Me seduce esa complejidad... Nombres, nombres: Joan Brossa, Gonzalo Rojas, Néstor Perlongher, Gerardo Deniz, Raúl Zurita, Héctor Viel Temperley, Ulises Carrión, Antonio Gamoneda, Nicanor Parra, Wilson Bueno, Chantal Maillard, Jorge Esquinca, Mario Montalbetti, Paula Ilabaca, Alan Mills…
Revista Ping Pong: ¿Y con la poesía en otras lenguas?
Román Luján - He vivido en Estados Unidos por ocho años y desde que llegué comencé a traducir poesía difícil; por ello, he desarrollado una relación profunda con la poesía norteamericana contemporánea, concretamente en su vertiente experimental. Me parece que Estados Unidos, pese a su insularidad política y cultural (recomiendo este artículo de Marjorie Perloff para entender dicho término: http://bit.ly/omZtgo) sigue siendo el espacio donde se generan las discusiones más interesantes sobre la expansión del lenguaje poético (poesía fuera de la página, conceptualismos, escrituras digitales, enseñanza de la poesía, anti-originalidad, disolución del término poema, etcétera).
Leer en otro idioma es traducir; traducir es escribir en lengua madrastra. Por tanto, admiro —y lentamente traduzco— poemas y ensayos de Michael Palmer, Juliana Spahr, Leslie Scalapino, Brian Kim Stefans, Kenneth Goldsmith y CA Conrad, es decir de poetas Language y Post-Language. En esas ando.
Y de otras lenguas Paul Celan, Al Berto, Daniil Kharms, Edoardo Sanguineti, Haroldo de Campos, Arnaldo Antunes, Anne Carson, Uljana Wolf… Nombres, nombres, nombres…
Revista Ping Pong: ¿Cuáles opinas que son los referentes literarios a los que miras en tu poética?
Román Luján - Cada nuevo libro se puebla de nuevos referentes o influencias. En mis primeros libros, me han dicho, se notaban, entre otras, mis lecturas de Vicente Huidobro, José Ángel Valente y Xavier Villaurrutia. Quizás. Ojalá. Mi escritura deriva de mis obsesiones como lector. Y de mis errores como ser humano. En este momento me interesa construir libros disímiles, acumulativos, sin secciones; libros erráticos, que alternen temas, tonos, formas. Nombres: Juan Luis Martínez, Charles Bernstein, Brian Kim Stefans. Por ahí.
Revista Ping Pong: ¿Qué consejo le darías al lector dominicano para acceder a buena poesía?
Román Luján - Dominicano o no, que desaprenda. Que desarrolle un paladar omnívoro. Que en vez de casarse con alguna estética, se guíe por sus obsesiones. Que no busque poéticas sino escrituras. Al igual que el poeta, el lector debe luchar contra sus dones, leer toda clase de poesía, sobre todo aquella que ponga en conflicto sus creencias. Que lea con placer a sus favoritos, y con curiosidad a los favoritos de los demás. Que lea con atención y apertura este ensayo de Charles Bernstein (http://bit.ly/mXWebp).
Tres poemas de Román Luján
Caza
Por eso es muy posible que no asista a mi entierro
Oliverio Girondo
Llego tarde a la caza, ya me sabes,
quiero decir conoces, tú me entiendes.
Voy pensando en tus labios, siniestra
en el bolsillo, a qué mentir. Seguro
no has llegado o ya te fuiste, ¿y ahora
quien va a abrirnos? ¿quién así me dirá
venga mañana, de parte, aquí no vive?
Parece que no hay nadie, ya es temprano.
Las llaves se derriten en mis dedos
cuando froto, mi viuda, tus ojos pedernales
contra mi pantalón. Y es que estás
a) como quieres, b) adónde te has metido,
c) yo le digo que vino, d) ¿le pasa mi recado?
Siempre hallo más opciones que deseos.
Abro con el meñique la puerta del servicio,
enhiesto el corazón, pero al cerrarla
quedo otra vez afuera y en nudillos.
Alguien dice temperie o lo he soñado.
Alguien masculla ansina, tiniebla sin la ese,
herrumbre hierro lumbre en el umbral
herido del humus que no yerra ni hace llaga
en la hombría. No problema, me digo
sin el ay; bien visto: ¿de qué sirve una hache
si no derriba al árbol que ase sombra a las 12?
Palabras, sólo dices palabras con cerrojo.
Palabras sin ganzúa que el tedio oxida.
Voy a quedarme aquí, frente a la caza
que no puedo allanar, hasta que al fin
me veas, si te aburre leer. Sabes bien
que te busco para llamearte el limo,
para lamerte el humo, para limar
tu lava en mi toda flamura. Toc toc.
¿Y la señora? Pasos quietos. Mi sombra,
que ha tiempo se niega a arremangarme
los talones, se precipita a abrirme
sin dejarme golpear aldaba o gárgola.
Que dice que no está para ningunos.
Soy un trazo, me digo, un vestigio de aquel
a punto de llegar y el que me aguarda
afuera, por costumbre. Toco y respondo
quién. Pego la oreja. El eco dice nadie.
Así que no me abro. Testa adentro en la caza
me dejo enternecer por la ventana azul
que reveló a Magritte la condición humana,
pero hace frío y la lluvia (salvo el cráneo
avestruz) me escurre de la nuca hasta entrambos
tobillos, me aleja tan de mí, el corazón enhiesto,
que mi cabeza adorna (en rodete de mármol
y mi nombre científico en latín) el muro
más caoba de tu sala. Parto ya no es metáfora.
Desde un sillón de cuero tus piernas sin mujer
me obsequian el rosal de su hemorragia.
Y cuando me presento con las demás cabezas,
escucho que tus senos de centaura se arrastran
con resuello entre charcas y siento que tu mano
asciende a mi bolsillo y… ah, tus ojos pedernales.
de Drâstel (2010)
Dele(I)te
Un lemming pende en la infecunda página.
No se anima a caer. Se afianza al resbaloso
precipicio, todo él uñas violetas y molares.
Vamos desbrozándole el camino. Pisémosle
el meñique ahora que está en la orilla. Con
suerte caiga en algún verso hospitalario
donde haga falta un lemming o aún sorprenda.
No me sueltes, piedad, sigue escribiendo.
Clásico. De nuevo se hace el mártir. Sus iris
de madonna se cuajan de vitrales. (Ah, pero
esta vez no escapas, lezamiano, ni a pasos
de serpiente evaporada, ni a gatos extendidos).
No es necesario el peso de una bota, los
nudillos sangrantes, el grito despoblado,
bastará con que el ojo se desvíe del cursor,
suene el teléfono, la cena esté servida,
una muchacha entre rotunda en el café
—pido perdón por escribir muchacha—
para que lo destripe esa blanca intemperie
de la tecla delete, fiel justiciera. Y luego
nada. Ya pasó. Sefini. Vayamos a otra
imagen. ¿Quién podría lamentar lo deshilado
antes de ser tejido? Y en rigor, ¿a quien
importa un lemming que teme suicidarse?
de Drâstel (2010)
JuánGame
Juanga me la pela
JuanGa me enseño a bailar xD
hola juanga me firmastes besos a y soy male
Juanga me pidió: 'Tómanos unas fotos así'
Ay ese Juanga me hizo la mañana!! besaaaame!! tarararara solo Besame!
Juanga me dijo que debía prepararme y me puse a estudiar inglés
Juanga me dijo: 'Ya sé por qué 'La Dúrcal' cela tanto a Junior'
yo me quedo con la de juanga, me cae
Juanga Me eH QueDaDo SoLo
Juanga me la pela
digamos ke si la canto con sentiemento.. juanga me viene...jjajaja
al igual que Juanga, me pueden hacer llorar o sonreír con harta facilidad
hola juanga me re pase pasate te re quioero cuidate bso
como el buen Juanga "Me gusta estar en la frontera, porque la gente es más feliz y siempre espera vivir mejor y se supera"
Ahorita me estoy dedicando a buscar vestuaio de Juanga, me encanta imitarlo
necesito el servicio del doble de juanga, me gustario promoverlos
cuando te inviten a ver a juanga me avisas para pegarme
soy DJ juanga, me encanta salir a party
Juanga me la pela
y si antes Juanga me caía bien
tu y y el juananttonio me la vienen juanga me sale por el sur y me viene por el poniente
ahora que nombras al juanga me recordaste al maric.on del primo de andrés
JuanGa, me gusta los vidrios empanados y escribir tonteras o hacer dibujitos
El mural de JuanGa me hizo daño, es lejos una de las cosas más freaks que he sabido
principalmente el avioncillo con voz de juanga me caia mal
Lo de Juanga me cago por que la rola era tranquila y estos escandalosos gritando que querian Querida
juanga me vas a tenr q firmar ahora
Juanga me la pela
tan lindo mi Juanga me encanta!
pues esta dificil, de juanga me gusta la cancion de la novela mariana de la noche
para mi una de Rocio Durcal... bueno creo que es de Juanga... me recuerda a mi hermana que murio cuando yo era una niña
amiguguis, me pegó la tristeza y juanga me viene bien
puesto que admiro muchísimo a nuestro Juanga, me invitó a cantar una canción con él
Como un gran fan de Juanga, me gustaria recibir el regalo
te digo lo que le canta la Dúrcal al Juanga: me gustas mucho
orale que Juanga me saliste
Juanga me la pela
cuando lo llamé y me contó estuve como que en shock, más aun que cuando Juanga me dijo su episodio con las Ultrafabulosas
Ayyy Juanga me extraña que digas lo de las mujeres
:O el juanga me ta corriendo mano wn ahahah
Y del Juanga, me compré mi auto y mi casa gracias a mi trabajo
pobre JuanGa me la dejaron vestida y alborotada
eso del "pito de juanga" me hizo pensar
juanga: me la vi
Juanga me ha ido muy bien
Juanga me la pela
y por supuesto cuando estoy dolida juanga me hace el paro
auch me duele mi cora k crees hoy juanga me marco se me fue la leche y obvio de nervios
Uy a mi JuanGa me encanta ya con 2 alcoholes arriba jaaaaa
oyeeeee esta re-bueno el cd tributo a juanga, me fascinooooo
hola juanga me re paso un beso esta bueno tu skate jaja pone fots nuevas
Y chale, qué pex con el Juanga, me lo andan quebrando, ssss, qué gacho
no mams Juanga me late q mehor no me vuelvo a enamorar!
joderrrrrr juanga!!!! me dejas flipando ee!!
Juanga me la pela
Me fui con mi equipo completo, pero al llegar Juanga me dijo que no queria prensa, sino que entrara yo solito, le insisti que estaba trabajando
este simio del juanga me esta puro dando jugoooo
yo vendi mi trastesito por 3 bolivaritos a Juanga, me quedo bien guangis el aquellito
Juanga, Me estoy enamorando, La pecosita
Yo el aco quiero decir que el juanga me quiso cojer en primero
que guapo juanga me facinas Dios te bendiga
Juanga me acosó
cuando Juanga me lea sabra que digo la verdad
a Benjamín Moreno
Román Luján. (Monclova, Coahuila; México, 1975). Autor de los libros de poemas Instrucciones para hacerse el valiente (2000), Aspa Viento (2003, en colaboración con el pintor Jordi Boldó), Deshuesadero (2006) y Drâstel (2010). Con Luis Alberto Arellano editó El país del ruido: 9 poetas mexicanos/ Le pays sonore: 9 poètes mexicains (2008). Entre las antologías que recogen su trabajo se encuentran Zur Dos: Última poesía latinoamericana (2004 y 2005) y Malditos Latinos, Malditos Sudacas: Poesía Iberoamericana Made in USA (2009). Es candidato al doctorado en literatura hispanoamericana en la Universidad de California, Los Ángeles.