12/6/11

Antonio Lucas (Presencias reales: la poesía española actual)



Revista Ping Pong-- ¿Cuál fue tu primer contacto con la publicación: recitales, revistas, premios…?
Antonio Lucas -- Pues a los 15 o 16 años, asistiendo a todas aquellas citas en las que veía anunciado a algún poeta de los que admiraba. Madrid, hace 18 años, era una ciudad mucho más efervescente. Cuando comencé a tener amigos en el ámbito de la poesía, a eso de los 18 años, dejé de frecuentar recitales, con los amigos y algunos maestros prefería hablar en los bares.




Revista Ping Pong-- ¿Cuál es la imagen que piensas que se proyecta de la actual poesía en Hispanoamérica? ¿Consideras que se atiene a la realidad de la actual creación?
Antonio Lucas-- Más que la mirada que se proyecta preferíría hablar de la onda que aquí nos llega. Cada vez es más rica la presencia de poetas latinoamericanos en España. Encuentras publicaciones con cierta normalidad. Hay un diálogo, un contacto, una curiosidad y una estima. Ahora sólo hay que incrementar esos canales de intercambio y descubrimiento. Los cimientos del edificio están hechos, por fin. Llenemos esa casa de mucha gente distinta.

Revista Ping Pong-- ¿En estos momentos conoces o tienes referencias de la poesía dominicana y/o caribeña?
Antonio Lucas-- Si hablamos de poetas caribeños también deberíamos contar con los que escriben en otras lenguas. Pienso en Aimé Césaire, en Dereck Walcott, Merle Collins, Austin Clarke. O ya en español y dominicanos, como sugiere la pregunta: el vanguardista Otilio Vigil Díaz, Víctor Villegas, Pedro Mir, Manuel del Cabral... Poco más, la verdad. Y deberíamos remediarlo. 

Revista Ping Pong-- ¿Consideras que hay algún blog interesante y con repercusión y/o trascendencia en el tejido poético español?
Antonio Lucas -- No soy asiduo a blogs.

Revista Ping Pong -- ¿Qué relación mantienes con la poesía latinoamericana?
Antonio Lucas-- La de un lector entusiasta y con afán de conocer y conocer. Algunos poetas de allá han sido esenciales en mi formación: desde Sor Juana Inés de la Cruz a Darío, pasando por José Asunción Silva, Huidobro, Vallejo, Neruda, Borges... Si valen mexicanos, los del grupo Contemporáneos, Paz, Pacheco, Sabines... Qué se yo. Y podríamos seguir avanzando en las geografías recordando a Enrique Molina, Nicanor Parra, Gonzalo Rojas, Vicente Gerbasi, Eielson, Rafael Cadenas, Gabriela Mistral, Blanca Varela, Ida Vitale, Pizarnik, Juan Gelman, Francisco Urondo, Alberto Girri, Roberto Juárroz. 

Revista Ping Pong-- ¿Y con la poesía europea?
Antonio Lucas-- Forma parte, como la poesía latinoamericana, de mi formación y de algunas de mis mejores lecturas. 

Revista Ping Pong-- ¿Cuál es tu sensación al encontrarte entre esas dos tradiciones?
Antonio Lucas-- Que la poesía es un planeta lleno de voces fabulosas.

Revista Ping Pong-- ¿Qué relación crees que mantienes con las demás poéticas del estado español?
Antonio Lucas-- Teniendo en cuenta que esas poéticas son las de tantos de los poetas que quiero y admiro, diría que buenas. No me interesan todas (si es que tantas hubiera), pero sí me gusta saber cuál es su cauce.

Revista Ping Pong-- ¿Cuáles opinas que son los referentes literarios a los que miras en tu poética?
-Antonio Lucas- Todo aquello que me lleva a impulsar un poema. Y respecto a tradiciones literarias, nació a la poesía desde los calambres del surrealismo para olvidarme después de ello y llegar a no sé dónde, que es donde estoy.

Revista Ping Pong-- ¿Qué papel piensas que juegan los creadores latinoamericanos residentes en España en la constitución del actual tejido poético?
-Antonio Lucas- Son unos compañeros de viaje más, cómo no.

Revista Ping Pong-- ¿Qué consejo le darías al lector dominicano para acceder a buena poesía española?
Antonio Lucas-- Le sugeriría que comenzara por cuatro o cinco antologías desde la canónica de Gerardo Diego sobre la Generación del 27 a las dos o tres últimas publicadas por las editoriales Hiperión o Visor.

Tres poemas de Antonio Lucas 

ENCUENTRO FORTUITO
(Versión II)
No nace de la luz este cuerpo. No tiene su invierno en la muerte. No hace surco al andar. No lo conoces. Su verdad es mi deriva y no lo habito por entero. Pero seguimos juntos, sin sabernos, fundiendo nuestra sangre y sus ruinas sumergidas, desnudos y nocturnos, escombros de un amor que no conoce el duelo y busca otro vivir invocándonos en sombra, como quien llora, como quien brinda, hechos de un óxido indefenso. Nos hemos violentado el corazón. Un ave cruza a oscuras nuestras bocas y deja un aguardiente de infinito, un miedo transparente al no pactado adiós que hemos previsto, un agua inconsolable, un octubre agredido. Que sea una vez más ahora que estoy solo y escribo. Una más antes de volver al humo del mundo, a sus oficios. Y sin decirnos el nombre, con el ardor de quien no quiere entregar su reino agonizante a la desdicha, dejemos que la música se extinga por nosotros, sería pretencioso volver a prolongar lo oscuro de tu vientre en la noche de mi casa.


LAUTRÉAMONT 
Quisiera como tú, arriesgar el viaje. No ser ni luz ni sombra: sólo límite. Dejar una penumbra por todo patrimonio y hacer brotar mi sangre, sentarla entre nosotros, oír cómo se apaga su cauce diminuto, el líquido aderezo que me impulsa, la lenta munición de mi existencia. Oigo un rumor de cosas que pasan por la calle, el miedo es la moldura que las une. Y si miráis más al fondo de mi vida, si acercáis el oído al acorde del frío, será la locura quien hable. 

Pacíficamente he borrado mis huellas, he apoyado en la noche mi cuerpo impreciso, mi fe humeante. Acerco mi pecho al vacío. Es el aire un tarot de pájaros ciegos que escupe este canto futuro. Sólo quiero apurar mi edad, mi tierna maldición sin años y que la obscena clave de mi nombre suene por el triángulo del cielo, por el aula de las nubes que nadie ha conquistado, por todo lo que fue abatido y yo defiendo brindando a la salud de los siglos sucesivos, puntual en la violencia intermitente del invierno. Porque mi generación no existe nada hay más terrible que un clamor de multitudes. Escribir es no aceptar lo irremediable, buscar sin equilibrio, amar sólo del tiempo el oscuro sobresalto de su rumbo. Del olvido extraje un esqueleto afín al mío, un hermoso mástil. Bastará el día en que muera con escribirme el epitafio en la niebla de un espejo.

     LUIS CERNUDA
1902-2002

¿Es al peso desmayado de las cosas a lo que llamas mundo?
¿A una huella joven y sin ansia,
a ese mar de hace un instante,
a la terca claridad que se hace alma o luz casi llorándola?

¿Llamas mundo a la raíz o al árbol?
¿Llamas duelo al tiempo, lo llamas labio 
--dichosamente solo-- 
buscando el cárdeno misterio rebelado
que en cada cuerpo habita?

Dime, ¿morir es nacimiento o es vacío?
¿La luz en medio de la mano, qué tempestades alza;
quién desordena el agua como un nombre, 
como un pálpito húmedo de noche?

¿Quién eras, vibración del fuego, 
atalaya de amor y transparencia,
oráculo en derrota, fulgor de la deriva?

Ahora eres tan sólo latido de la tierra,
extraño arroyo en sombra;
eres lo que nunca antes has sido:
rosa, catedral, madera de la sangre,
clamor de dios en miniatura, 
relámpago enlunado y ascua en medio,
murmullo y platería de nubes derrotadas.
Tú lo sabes.

Desolación de la quimera, dirías,

restos de alas.

(De Las máscaras)

Antonio Lucas (Madrid, 1975.) Redactor de cultura y articulista del diario El Mundo. En 1996 publicó Antes del mundo (accésit del Premio Adonais, Madrid, Rialp); en 1999 Lucernario (Barcelona, DVD), por el que recibió el premio “Ojo Crítico” de Poesía 2000; en 2004 Las Máscaras (Barcelona, DVD Ediciones); y en 2009 'Los mundos contrarios' (Visor), por el que le fue concedido el Premio Melilla. Es autor de un trabajo antológico sobre otros autores de su promoción titutado Ocho poéticas de hoy. Nuevas voces en la poesía española (Murcia, Revista Postdata, 1997). Está recogido en distintas antologías, como La lógica de Orfeo (Madrid, Visor, 2003), preparada por Luis Antonio de Villena, 25 jóvenes poetas españoles (Hiperión) y 24 poetas espànholes de agora, de Joaquim Manuel Magalhaes en Lisboa.