Revista
Ping Pong ¿Cuál fue tu primer contacto con la publicación:
recitales, revistas, premios…?
Raúl
Bravo Aduna - Por desgracia, a mí no me consta que haya pasado el
que, se supone, fue mi primer contacto con la publicación. Dice mi
madre que escribí, a eso de los cuatro años, un cuento llamado “El
cocodrilo chimuelo” que me publicaron en una suerte de revista
estudiantil. A mí no me consta, porque no existe prueba de ello,
sólo recuerdo que ese cuento me lo contaba mi padre antes de ir a
dormir y que yo lo recontaba en cualquier oportunidad que tuviera;
así que, quién sabe, puede ser que mi mamá me haya mentido (aunque
a mí siempre me enseñaron que las mamás no mienten).
Unos
quince años más tarde mi primer encuentro formal con la publicación
fue por la vía académica, con un ponencia que se integró a las
memorias del simposio en el que la presenté. Después llegaron
revistas, suplementos, un par de antologías y, por supuesto, la
internet.
En
cuanto a premios, he tenido la fortuna de no haber ganado ninguno
hasta la fecha. Sólo he participado en un concurso (me quedé con el
tercer lugar) y no tengo la intención de comenzar a participar
activamente en el futuro cercano.
Revista
Ping Pong ¿Cuál es la imagen que piensas que se proyecta de la
actual poesía en Hispanoamérica? ¿Consideras que se atiene a la
realidad de la actual creación?
Raúl
Bravo Aduna - Desconozco cuál es la realidad de la actual creación;
por tanto, desconozco si la imagen que se proyecta de la poesía
hispanoamericana se atiene a ella. Creo que hay muchísimas
realidades editoriales y literarias, que no se entrecruzan ni se
parecen ni son necesariamente reales. Me parece que incluso en
Hispanoamérica todo es muy distinto; es más, dentro de México
varía muchísimo “la realidad” de un género a otro y, dentro de
la poesía, de un grupo a otro, de lo “mainstream” a lo
“yasabesacábienalternativo”. Cada cachito de realidad de la
poesía se valida en sí y, a su vez, proyecta una imagen muy
distinta de las demás. Hay poesía para poetas, para académicos,
para el ciudadano de a pie, para el ciudadano más “corriente” e
“ignorante” (Dulce María, del anoréxico grupo RBD, por ejemplo,
tiene un poemario publicado); cada una tiene su propia imagen y su
propia validez en sus propios términos. Una excesiva (y supuesta)
“democratización” de la cultura (la poesía incluida) ha llevado
a que sea imposible, o por lo menos improbable, hacer
generalizaciones de este tipo. En este sentido, me imagino que sí:
la imagen de la poesía hispanoamericana se atiene a la actual
creación (lo que sea que eso signifique), pues este desperdigamiento
del canon no es exclusivo de nosotros.
Revista
Ping Pong ¿En estos momentos conoces o tienes referencias de la
poesía dominicana y/o caribeña?
Raúl
Bravo Aduna - La verdad es que no, mi conocimiento de la literatura
caribeña (en general) termina (y empieza) en Naipaul y Sam Selvon. Y
es una pena, porque en verdad he disfrutado bastante lo poco que he
leído.
Revista
Ping Pong ¿Consideras que hay algún blog interesante y con
repercusión y/o trascendencia en el tejido poético mexicano?
Raúl
Bravo Aduna - Me parece que el referente obligado es
Círculodepoesía.com. Han logrado crear una red muy
interesante de poetas e interesados en la poesía, en un país (al
igual que en casi todos) en el que el mundo literario parece girar
alrededor de la narrativa. Combinan de una manera muy efectiva
crítica y creación, noticias y novedades, entrevistas y galardones,
opiniones, traducciones e incluso rarezas editoriales, todo bajo el
cobijo del amor a la poesía misma. A veces pecan, como cualquier
revista, de darle más peso a las plumas ya consagradas que a las
noveles, o en desarrollo, pero también se caracterizan por dar a
conocer lo que, a sus dioptrías, “vale la pena” leer de lo más
desconocido.
Revista
Ping Pong ¿Cuál es la relación que
mantienes con Octavio Paz? ¿Sigue siendo el gran enemigo
como se lee en los Detectives Salvajes de Bolaño?
Raúl Bravo Aduna -
A mí Paz me da miedo. Nunca me he atrevido a leerlo ni lo suficiente
ni lo necesario ni lo debido. Sus poemas me marean. Sus escritos
políticos me confunden. Puedo apreciar la belleza contenida por su
pluma, pero me parece que no es para mí; quizá el miedo ya me ha
consumido por completo y no puedo acercarme a él como muchos lo han
hecho a lo largo de las últimas décadas. Sin embargo, siento una
profunda admiración por su amor a la poesía, por la manera en la
que se conectaba con ella; cómo la entendía, básicamente. Quizá
ahí se puede encontrar una paradoja en lo que digo: a pesar de lo
mucho que me cuesta leer a Paz, El arco y la lira es uno de
mis libros de cabecera. Cada vez que un verso me gana, me supera en
lenguaje, ritmo, imágenes, si se quiere volver prosa, etcétera,
regreso a El arco una y otra y otra vez. La tercera oración
del libro es una que tengo en mente casi todo el tiempo, que está
escrita al principio de varios de mis cuadernos de notas: “La
poesía revela este mundo; crea otro.” Pocas cosas me hacen tanto
sentido como esas palabras. El capítulo “Verso y prosa” me ha
salvado infinidad de veces, y estoy seguro que lo hará
nuevamente. Platico con él, con el Poeta (así, con mayúsculas) en
ocasiones, cuando más lo necesito. Y siempre está ahí, sonriente,
cual gran bardo de México, dispuesto a ayudarme. Lo que quiero
decir, tal vez, es que el maestro Paz me da miedo, pero a Octavio lo
admiro, respeto y quiero muchísimo.
Con
respecto a Bolaño, honestamente poco tengo que decir; poco he leído
de él, y Los detectives salvajes no se encuentra entre ello.
Desconozco si ahí se lee que Paz es el gran enemigo de algo. La
actitud “generalizada” de odiar a Paz, entre mis coetáneos,
responde más a una moda que a cualquier otra cosa; igual de patética
que alabar (o detestar) a Bolaño porsobretodaslascosas. Amén.
Revista
Ping Pong ¿Qué relación mantienes con el resto de la poesía
hispanoamericana?
Raúl
Bravo Aduna - He de confesar que la poesía hispanoamericana no es mi
fuerte. Hay muchísimos poetas a los que admiro y siempre han estado
ahí, acompañándome, comenzando por Borges. Nunca he sentido
afinidad a un grupo (o país) hispanoamericano en particular; siendo
honestos, no creo mucho en los ismos tampoco. Más bien hay poetas
que disfruto muchísimo y a los que he leído, leo y releo con gran
cariño, pero que sólo es una coincidencia que sean de
Hispanoamérica. No creo mantener una relación particular con ellos,
salvo con Borges (quien, multiplicado por tres, cuida mi estudio, mi
escritorio y mi proceso creativo), sobre todo en el ámbito de la
poesía. Me relaciono más con ensayistas hispanoamericanos, tanto
del XIX como del XX, que con poetas, pero los nombres no faltan:
Cuesta, Mutis, Parra, Castellanos, Guillén, Ruben Darío, Vallejo,
Ibarbourou, a últimas fechas Marosa di Giorgio, Juan Gelman,
etcétera.
En
cuanto a la poesía contemporánea, me relaciono con muy pocos
poetas. Como editor he llegado a conocer más y he tenido el gusto de
“descubrir” poesía formidable que no era tan popular. Me
relaciono muy poco con grupos de escritores, en general, no sólo por
lo peligroso que es para el raciocinio propio, sino, además, porque
a veces me dan demasiada flojera. No obstante, trato de leer a muchos
de mis coetáneos (sobre todo de México y Estados Unidos, en
particular lo que se hace en el Pacific North West, aunque a
últimas fechas me vengo enterando un poco más de lo que se hace en
Argentina y España), para saber en qué anda el mundo de la poesía,
más allá de lo que leo de los siglos XIX y XX y lo que pasa adentro
de mi estudio y mi computadora y etcétera, que no son, de ninguna
manera, referente del mundo poético actual. Aunque, eso sí, una de
las personas a las que más quiero y admiro en este mundo es poeta,
es mexicana y es de mi generación, aunque también se encuentra
separada de camarillas literarias y demás lindezas del estilo (quizá
es por eso que la quiero tanto).
Revista
Ping Pong ¿Y con la poesía en otras lenguas?
Raúl
Bravo Aduna - Desde pequeño me he acercado mucho a la poesía (y a
la literatura en general) en inglés, tanto irlandesa e inglesa, como
norteamericana. Quizá ahí sí puedo encontrar más afinidad con
grupos específicos: con los poetas del “Gran renacimiento
norteamericano” o con los poetas inglesas de los años 90 del siglo
XIX, por ejemplo. Sin embargo, sucede lo mismo que con los
hispanoamericanos: es una coincidencia. La relación particular, e
íntima, que tengo con Dickinson, Whitman y cummings, poco tiene que
ver con que sean poetas gringos, tiene más que ver con la forma en
que sus poemas logran recorrer mi espina dorsal, aún cuando los
conozco de memoria, aún cuando los he leído en tantas ocasiones. Y
así nos podemos ir con otras lenguas: portugués, polaco, francés,
italiano, ruso… Son demasiadas lenguas y demasiado tienen que
ofrecerme cada una de sus poesías.
En
cuestiones contemporáneas, igual trato de leer lo más que pueda,
pero al final conozco más de lo que se hace en Estados Unidos e
Inglaterra que en el resto del mundo; en particular, con los gringos,
por relaciones de traducción y amigos que he dejado allá y
etcétera. Sin embargo, me parece que me sucede lo mismo que con la
poesía hispanoamericana: más tiene que ver con mis fobias y filias,
que con las demarcaciones territoriales o del lenguaje.
Revista
Ping Pong ¿Cuáles opinas que son los referentes literarios a los
que miras en tu poética?
Raúl
Bravo Aduna - Como en toda obra, las referencias, plagios velados,
influencias y demás, son muchísimas, pero me parece que hay dos, en
particular, que permean por completo mis poemas: e. e. cummings y
Wisława Szymborska. También tomo mucho de mis ensayistas favoritos
(Montaigne, Hazlitt, Ibargüengoitia y Sheridan, entre otros). De
cada uno he tomado distintas cosas, pero creo que hay una constante
que le he robado a más de un escritor o poeta: las ganas y la
capacidad de reír y burlarse de la vida, de ver todo (la poesía
incluida), como si de ensayos fallidos se tratara (y aquí estoy
plagiando, descaradamente, a alguien de la listita anterior).
Revista
Ping Pong ¿Qué consejo le darías al lector dominicano para acceder
a buena poesía mexicana?
Raúl
Bravo Aduna - Caray, creo que primero le pediría al lector
dominicano que me explicara qué es eso de “buena poesía”. Hay
millardos de formas de acercarse a un poema, y ninguna es
particularmente correcta o particularmente errónea. Habrán algunas
un poco mejores que otras, pero hasta ahí. Supongo que el consejo
más práctico y sencillo es perderle el miedo. Hecho eso, ya se está
del otro lado. Tratar de disfrutar a la poesía por la poesía misma.
Hay un miedo generalizado a ella, porque parece imposible entender un
poema. Me parece que antes de intentar penetrar una obra poética a
fondo, hay que saborearla: dejar que las palabras bailen en la punta
de la lengua del lector, a veces sin importar lo que uno esté
entendiendo de ellas. El problema es que, por lo general, uno busca
entender todo lo que sea posible y cuesta trabajo encontrarle el
gusto al desconocimiento, el amor a la ignorancia, de encontrarle
sentido a la negative capability que sostenía Keats: aceptar
que hay incertidumbre y que no todo tiene solución (o, mejor dicho,
una solución única). En este sentido, la lectura de poesía no es
muy diferente a la práctica de un deporte: se empieza por
disfrutarla, después practicarla; con el paso de los años y el
trabajo y el esfuerzo y el tiempo invertido, después de sudor,
lágrimas y demás, se podrá dominar un poquito más, o al menos
creer que se domina un poquito más…
Poemas de Raúl Bravo Aduna
que
me perdonen Milton y Rimbaud,
Chaucer,
Shakespeare y Yeats;
para
el caso,
Gretsky,
Lemiux y Orr también,
pero
no encuentro la diferencia
entre
poesía y hockey,
entre
verso y slap.
el
sudor, tal vez,
pero
nada más.
el
hielo
o la pluma,
dirán,
también.
pero
no veo la diferencia
no
importa
señores,
no se engañen,
aunque
parezcan,
no
sólo son cavernícolas
sobre
hielo
,con
poca higiene bucal)
a los que les quedan dientes)
claro está
también
son poetas
y
que los poetas no se vanaglorien,
cuando
quieren,
también
son cavernícolas
¿acaso
no han visto cuadros de Longfellow
o
fotos
de Ogden Nash?
el
hombre de Cromañón, de veras
de veras que se queda corto.
las
salvajadas se dan por igual, sobre hielo
que
sobre papel
no
hay diferencia, en serio.
lo juro.
no
veo diferencia (alguna)
¿o
me van a decir,
que
un puck volando a
170.
42952960000002 km/h
no
es lo mismo
que
una línea de Szymborska?
con
certeza puedo afirmar
que
pegan (y a veces duelen) igual.
El
financiero le dijo al poeta
“En
esta vida
hay
dos tipos de personas:
los
que quieren hacer y los que quieren vivir.”
¿Pero
cómo puede ser una vida,
si no se quiere
vivir?
se
pregunta el poeta.
el
financiero advierte la preocupación
del
hippioso ese. expande:
“sí,
hay quienes buscan viajar,
disfrutar,
amar,
y todas esas cosas
(sonreír,
agrega el poeta sin agregar
y
hay quienes sólo quieren hacer: trabajar, trabajar,
trabajar, trabajar, trabajar
(¿nada
más?, creí que querían hacer
y
ambas formas de ver la vida están bien,
cada
quien decide qué hacer
(creí que la
otra opción era vivir
y
al final, al final cada uno disfruta al máximo lo que hizo.
el
éxito, el trabajo; el trabajo y el éxito también son formas de
vivir
(aunque en
realidad se esté haciendo
al
final, en ambos casos lo que queda es satisfacción”
y
yo me pregunto, cuestiona el poeta ponderoso,
si
el financiero en verdad cree lo que dice
o
si acaso el mundo, junto con él,
ya encontró la forma de ponerle pretexto
a
la ausencia de mundo que se encuentra en él
¿qué
hacer…
cumplidos
cuánticos en cuestiones de óptica y estados sólidos de la materia
(o de la teoría estadística de instabilidades en sistemas
sonrojados)
“pienso
en ti,
en este instante”, le digo.
se
sonroja
está
mal hacerla sonrojar
“uno
no debe hacer a una dama sonrojar”,
responde.
me
preocupo.
pregunto.
-presuroa-
“lo
siento. No vuelvo a hacerlo”, advierto.
se
preocupa.
pregunta.
responde:
“mejor busca un cumplido que no me haga sonrojar”
“eres
linda, agradable y muy divertida”
[…]
[…]
[…]
“pedí
un cumplido, no una postal del día del amor y la
[amistad”
tiempo.
necesitotiempo.
lepidotiempo.
lo
voy a articular.
“el
viernes te digo”, le digo.
lo
espera con ansias.
la
espero con ansias.
no
puedo pensar en cumplidos
sus
ojos, como luceros
no gracias, pienso.
algo
más, algo bien hecho
sus
labios: mariposas enramadas
se desdoblan en
millardos de náyades en busca de un compás, de tierra firme
algo más sincero, menos artificioso,
que no recuerde a Donne
que
los Cronopios me perdonen, pero eso está peor
me
gustas,
tal
vez
lo
arruina, la sinceridad arruina, corroe, corrompe
me
gusta
me
gusta estar aquí, sentado,
a tu lado.
Raúl
Bravo Aduna
(Ciudad de México - Massachusetts, 1986) es poeta, ensayista,
traductor y miembro del consejo editorial de la revista Cuadrivio,
donde dirige la sección literaria. Le gustan el hockey, la poesía y
el helado. Esta es su web: http://www.rbaduna.com