26/9/11

Karen Villeda (Presencias Reales: la poesía mexicana actual)



Revista Ping Pong: ¿Cuál fue tu primer contacto con la publicación: recitales, revistas, premios…?
Karen Villeda - Soy una ortodoxa: no me permito hablar de mis pininos sin antes mencionar mi encuentro con la Literatura. Ella me descubrió en el regazo de mi abuela Mayito y los mamotretos de Derecho de mi abuelo Memo. La música de fondo en la casa de mis abueletos (en el sentido de “amuletos”) era una mezcolanza entre Frank Sinatra, Los Panchos y Tchaikovsky. Siempre me hacía la enferma para no ir a la escuela y mamá, que en esa entonces trabajaba, me dejaba encargada con mi abueletos. Llegaba como a las siete de la mañana a la casa de los abueletos y los observaba hacer sus ejercicios matutinos. Mayito hacía pilates o yoga mientras Memo hacía bicicleta estática frente a un librero repleto de Agatha Christie y después caminaba en el jardín resguardado por cipreses. Se bañaban, desayunaban abundantemente y mi abueleto se iba a lo que él llamaba “cobrar”, trabajo que consistía en traerme nieves de limón y lápices de colores de la marca Blancanieves. Mi abueleta hacía la lista de la compra y planeaba la comida. Yo vivía pegada a sus faldas y esperaba a que se desocupara para que me contara un cuento o me platicara de sus viajes mientras me enseñaba los países de Europa del Este en el globo terráqueo. Mi abueleto llegaba como a la una o a las dos de la tarde con una nieve de limón para mí y las Patoaventuras (o Archie en su defecto). A veces, no estaba mi abuela o estaba muy ocupada. Entonces, mi tío Armando, solterón hasta los treinta, jugaba conmigo a que él era el cadete Jacinto y yo la Generala. Comíamos y yo ocupaba el lugar de mi tía Karen (de quién heredé el nombre y el desasosiego) en la mesa de la cocina.
Mi abueleto bebía vino tinto en grandes cantidades mientras mi abueleta comía como un pajarito. Al atardecer, mi abueleto dormía su siesta y mi abueleta se dedicaba a sí misma, lo que implicaba una serie de lecturas, y yo le hacía compañía. Aprovechaba para sacar cualquier libro de los múltiples estantes de esa casona y leía con fruición. El primer cuento que leí fue “El gato negro” de Edgar Allan Poe. Creo que fue mi primer amor. No podía dejar de leerlo. No sé si era octubre pero recuerdo que en las tardes llovía mucho y yo leía “El gato negro” hasta que mi mamá llegaba por mí. Muchos años pasaron y, en 2006, publiqué un poemario cuya ambición ya había sido desgastada por Satie en sus escritos. Lo supe tiempo después, por lo que fue un arranque en falso. En 2010 publiqué Tesauro en el Fondo Editorial Tierra Adentro del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (CONACULTA) y lancé labo (www.labo.com.mx) como una interpolación a ese poemario. Este año, Punto de Partida de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) ha puesto Babia en mis manos. Así que, básicamente, soy una lectora con dos poemarios publicados que mantiene un diario del hambre a la Nothomb, algunas de estas acotaciones han tenido la fortuna de convertirse en poemas.
Revista Ping Pong: ¿Cuál es la imagen que piensas que se proyecta de la actual poesía en Hispanoamérica? ¿Consideras que se atiene a la realidad de la actual creación?
Karen Villeda -Sería soberbio de mi parte discernir esa imagen de la que hablas. ¿Cuáles realidades? La creación actual comprende un sinfín de modelos: algunos han sido manoseados hasta el cansancio. Puedo hablar por mí y mis poemas. Considero que en el lenguaje no hay sedimentación fija e inamovible sino que se transforma, esas son las estructuras del sentido que me llaman la atención. Tal vez haya brechas, lecturas forzadas, dislocaciones, una escritura que no se sutura superficialmente con unas instrucciones de interpretación dadas al lector y/o a la lectora en bandeja de plata. No sé si haya una promesa de plenitud, abogo por el poema total, el poemario-léxico. Por eso aprieto las clavijas, por la estimulación dual que posibilita el lenguaje, en sus posibilidades que, a veces, aparecen cifradas y se amplían cuando abandonamos la supuesta rigidez de las palabras, que nos meten desde que nacemos y así nos predisponen a colgarnos las mismas palabras con escuetos significados como piedras en el cuello. La pregunta que, como maniática, planteo en mi poesía es si esto y aquello acaba aquí, en lo escrito, y el maravilloso dinamismo del lenguaje responde con un rotundo no. Esa es la incoherencia del lenguaje poético, referirse a lo que aún no existe.

Revista Ping Pong: ¿En estos momentos conoces o tienes referencias de la poesía dominicana y/o caribeña?
Karen Villeda -Confieso que estoy perdida entre Guillén y Walcott, figuras de las microculturas caribeñas que vemos hasta en la sopa. A pesar de las bendiciones de la Internet, hace falta la difusión del discurso antillano, del creole, del rastafari. Abundan las referencias a los negros, los francoparlantes. Seguro que mi escaso conocimiento acerca del tema debe estar repleto de estereotipos.

Revista Ping Pong: ¿Consideras que hay algún blog interesante y con repercusión y/o trascendencia en el tejido poético mexicano?
Karen Villeda -Me parece que la labor curatorial que realiza Inti García Santamaría (http://nuevaprovenza.blogspot.com) es oportuna para los asiduos lectores de poesía en México. Vale la pena rescatar el proyecto de Hugo García Manríquez llamado “preguntas+poetas” (http://preguntaspoetas.blogspot.com), que incluye un diálogo sobre mi poemario Tesauro. Espero que Hugo retome el proyecto pronto. En su momento, un punto de encuentro fue las Afinidades electivas /Elecciones afectivas de México (http:/www.laseleccionesafectivasmexico.blogspot.com/).

Revista Ping Pong: ¿Cuál es la relación que mantienes con Octavio Paz? ¿Sigue siendo el gran enemigo como se lee en los Detectives Salvajes de Bolaño?
Karen Villeda -Mi relación con Paz es parecida a la de unos colegas de oficina. Él es la mano derecha de mi jefe pero no estoy casada con mi trabajo. Antes de leer a Paz, yo me enamoré de Elena Garro y esa extraña suerte hizo que, lamentable y visceralmente, no pudiera separar al poeta del hombre. Ahora, mi relación con Garro está apagadísima y puedo convivir con Paz sin ningún problema. Por cierto, Bolaño caricaturiza a Paz (a la manera de Rius) y Benjamín R. Moreno hizo lo suyo en sus Concretroons (http://www.concretoons.net84.net), al ver ese ejercicio lúdico todos nos reímos pero también nos sonrojamos porque Paz ha sido el Cara de Papa de varios de nosotros.

Revista Ping Pong: ¿Qué relación mantienes con el resto de la poesía hispanoamericana?
Karen Villeda -De ansiedad. Busco el diálogo (directo o indirecto, a manera de lectura). Me interesan el que sea una trascendente, vamos, una ruptura o, al menos, propositivo en alguna parte de su cadena: creación, ejecución o contemplación, que sería la crítica. Tengo un par de colegas, además de amigos, con quiénes suelo platicar de lecturas y relecturas, no solamente de Hispanoamérica sino en general, y valoro sus recomendaciones: Claudina Domingo y Rodrigo Flores.

Revista Ping Pong: ¿Y con la poesía en otras lenguas?
Karen Villeda -Mantengo una relación que puede ser, por su insistencia, muy perniciosa. No soy políglota, por desgracia así que estoy segurísima que me estoy perdiendo de libros maravillosos. Alguna vez leí muchísima poesía sudamericana reciente y poca poesía anglosajona. Después, me obsesioné con la tradición “occidental”: sea en la persona de John Milton o con los albores de la poesía conceptual norteamericana. Casi nadie habla del waka japonés o del kanshi chino, ni se enzarza con la poesía árabe contemporánea. Y, desde siempre, leo más ensayo, más narrativa.

Revista Ping Pong: ¿Cuáles opinas que son los referentes literarios a los que miras en tu poética?
Karen Villeda -Lo que estoy leyendo en estos días es Onfray, Nooteboom, Bernhard, Agamben, Butler, Safranski, Maffesoli, Sloterdijk, Muchembled. Strindber y Chaucer antes de todos los mencionados anteriormente. Busco la composición poética como un texto abierto, a pesar de su valoración semiótica y análisis formal, en el cual caben los prejuicios bañados en percepciones estéticas, además de que la primera circunstancia de codificación es el formato físico (libro), como estimulador de lo que se lee. Huyo de la escritura pobre que a su vez promueva una lectura “reduccionista”, perpetuando la concepción hegemónica y unilateral del lenguaje. Es cierto que se requiere de cierta competencia, empezando por la gramatical, para actualizar la cadena de artificios expresivos, pero lo más importante es la disposición creativa del lector, de la lectora como experiencia ad infinitum. Me interesa escribir poemas para actualizarse, el flatus vocis, velar por interpretación lingüística erigida en evocaciones extralingüísticas a modo de repercusiones emotivas, circunstanciales y diversificadas.
Revista Ping Pong: ¿Qué consejo le darías al lector dominicano para acceder a buena poesía?
Karen Villeda -Sería el título de un libro “Hágalo usted mismo”… y que no se deje convencer por trinqueteros, no es necesario un ejemplar de “Poetry for dummies” para acercarse a la poesía.



POEMAS DE KAREN VILLEDA

LEXICOGRAFÍA E
Fragmentos
E blanc
¿EH? interj. Dubitación de Femenino y Masculinidad // Humanidad no escucha // El tímpano apremia el singular: repite las palabras // Titubear es el desinterés proporcional a la voz // Tono indiferente, retorno a la Lobreguez // Femenino y Masculinidad son colores sustractivos, se oponen // La irradiación se eclipsa en la Teoría del color que sobresale del librero // La interjección es tonalidad: restaura la aurora // Desordena la percepción, los oídos (elocuencia inservible) // “¿Eh?, ¡no escucho!”, gritan ambos // Somos mirada // ¿Dónde la combinación de luces? // “¿Dónde el plural?”, preguntan ambos // El libro responde: “Plural es una sensación cromática” // Ambos se miran y se descubren como infinitas combinaciones de luz, Espectro, longitud de onda


Pareja es Desnudo en un sillón negro
y se vendió en cuarenta y cinco millones
de dólares en Christie’s,
Pareja es El hombre del turbante rojo
y está al norte de Trafalgar Square,
Pareja es Jeanne Hebuterne con suéter amarillo,
Pareja es una imitación de Orange skirt de Degas. (Une peinture, c’est d’abord un produit de l’imagination de l’artiste, ce ne doir jamais être une copie. Si, ensuite, on peut y ajouter deux ou trois accents de nature, evidemment ca ne fait pas de mal.”, L’univers de Degas, p. 13),
Pareja es Trigal verde con ciprés de Van Gogh, Vicent (1853-1890) de quien aprendieron a mutilarse la oreja siniestra
Pareja es Bleu II o puntos suspensivos sobre el Mediterráneo. El absoluto de la naturaleza es el mar. El disoluto de la naturaleza es la pareja,
Pareja es Armonía de cuadros en rojo, amarillo, azul, blanco y negro, Arte Degenerado y su autor es Klee, Paul (1879-1940),
Pareja es Blanco sobre blanco: Malevich representa pp. y pp. de adversidades.





Blanco sobre blanco o “En blanco” es la página que se escribe cuando Femenino y Masculinidad se preguntan: “¿Eh?”



Karen Villeda
(1985). Ha publicado
Tesauro (Fondo Editorial Tierra Adentro, 2010) y Babia (Ediciones de Punto de Partida, 2011). www.labo.com.mx