Revista
Ping Pong: ¿Cuál fue tu primer contacto con la publicación:
recitales, revistas, premios…?
Karen
Villeda - Soy una ortodoxa: no me permito hablar de mis pininos sin
antes mencionar mi encuentro con la Literatura. Ella me descubrió
en el regazo de mi abuela Mayito y los mamotretos de Derecho de mi
abuelo Memo. La música de fondo en la casa de mis abueletos (en el
sentido de “amuletos”) era una mezcolanza entre Frank Sinatra,
Los Panchos y Tchaikovsky. Siempre me hacía la enferma para no ir a
la escuela y mamá, que en esa entonces trabajaba, me dejaba
encargada con mi abueletos. Llegaba como a las siete de la mañana a
la casa de los abueletos y los observaba hacer sus ejercicios
matutinos. Mayito hacía pilates o yoga mientras Memo hacía
bicicleta estática frente a un librero repleto de Agatha Christie y
después caminaba en el jardín resguardado por cipreses. Se bañaban,
desayunaban abundantemente y mi abueleto se iba a lo que él llamaba
“cobrar”, trabajo que consistía en traerme nieves de limón y
lápices de colores de la marca Blancanieves. Mi abueleta hacía la
lista de la compra y planeaba la comida. Yo vivía pegada a sus
faldas y esperaba a que se desocupara para que me contara un cuento o
me platicara de sus viajes mientras me enseñaba los países de
Europa del Este en el globo terráqueo. Mi abueleto llegaba como a la
una o a las dos de la tarde con una nieve de limón para mí y las
Patoaventuras (o Archie en su defecto). A veces, no estaba mi abuela
o estaba muy ocupada. Entonces, mi tío Armando, solterón hasta los
treinta, jugaba conmigo a que él era el cadete Jacinto y yo la
Generala. Comíamos y yo ocupaba el lugar de mi tía Karen (de quién
heredé el nombre y el desasosiego) en la mesa de la cocina.
Mi
abueleto bebía vino tinto en grandes cantidades mientras mi abueleta
comía como un pajarito. Al atardecer, mi abueleto dormía su siesta
y mi abueleta se dedicaba a sí misma, lo que implicaba una serie de
lecturas, y yo le hacía compañía. Aprovechaba para sacar cualquier
libro de los múltiples estantes de esa casona y leía con fruición.
El primer cuento que leí fue “El gato negro” de Edgar Allan Poe.
Creo que fue mi primer amor. No podía dejar de leerlo. No sé si era
octubre pero recuerdo que en las tardes llovía mucho y yo leía “El
gato negro” hasta que mi mamá llegaba por mí. Muchos años
pasaron y, en 2006, publiqué un poemario cuya ambición ya había
sido desgastada por Satie en sus escritos. Lo supe tiempo después,
por lo que fue un arranque en falso. En 2010 publiqué Tesauro
en
el Fondo Editorial Tierra Adentro del Consejo Nacional para la
Cultura y las Artes (CONACULTA) y lancé labo
(www.labo.com.mx)
como una interpolación a ese poemario. Este año, Punto de Partida
de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) ha puesto
Babia
en
mis manos. Así que, básicamente, soy una lectora con dos poemarios
publicados que mantiene un diario del hambre a la Nothomb, algunas de
estas acotaciones han tenido la fortuna de convertirse en poemas.
Revista Ping Pong: ¿Cuál es la imagen que piensas que se proyecta de la actual poesía en Hispanoamérica? ¿Consideras que se atiene a la realidad de la actual creación?
Karen
Villeda -Sería soberbio de mi parte discernir esa imagen de la que
hablas. ¿Cuáles realidades? La creación actual comprende un sinfín
de modelos: algunos han sido manoseados hasta el cansancio. Puedo
hablar por mí y mis poemas. Considero que en el lenguaje no hay
sedimentación fija e inamovible sino que se transforma, esas son las
estructuras del sentido que me llaman la atención. Tal vez haya
brechas, lecturas forzadas, dislocaciones, una escritura que no se
sutura superficialmente con unas instrucciones de interpretación
dadas al lector y/o a la lectora en bandeja de plata. No sé si haya
una promesa de plenitud, abogo por el poema total, el
poemario-léxico. Por eso aprieto las clavijas, por la estimulación
dual que posibilita el lenguaje, en sus posibilidades que, a veces,
aparecen cifradas y se amplían cuando abandonamos la supuesta
rigidez de las palabras, que nos meten desde que nacemos y así nos
predisponen a colgarnos las mismas palabras con escuetos significados
como piedras en el cuello. La pregunta que, como maniática, planteo
en mi poesía es si esto y aquello acaba aquí, en lo
escrito,
y el maravilloso dinamismo del lenguaje responde con un rotundo no.
Esa es la incoherencia del lenguaje poético, referirse a lo que aún
no existe.
Revista Ping Pong: ¿En estos momentos conoces o tienes referencias de la poesía dominicana y/o caribeña?
Karen
Villeda -Confieso que estoy perdida entre Guillén y Walcott, figuras
de las microculturas caribeñas que vemos hasta en la sopa. A pesar
de las bendiciones de la Internet, hace falta la difusión del
discurso antillano, del creole, del rastafari. Abundan las
referencias a los negros, los francoparlantes. Seguro que mi escaso
conocimiento acerca del tema debe estar repleto de estereotipos.
Revista Ping Pong: ¿Consideras que hay algún blog interesante y con repercusión y/o trascendencia en el tejido poético mexicano?
Karen
Villeda -Me parece que la labor curatorial que realiza Inti García
Santamaría (http://nuevaprovenza.blogspot.com)
es oportuna para los asiduos lectores de poesía en México. Vale la
pena rescatar el proyecto de Hugo García Manríquez llamado
“preguntas+poetas” (http://preguntaspoetas.blogspot.com),
que incluye un diálogo sobre mi poemario Tesauro.
Espero
que Hugo retome el proyecto pronto. En su momento, un punto de
encuentro fue las Afinidades electivas /Elecciones afectivas de
México (http:/www.laseleccionesafectivasmexico.blogspot.com/).
Revista Ping Pong: ¿Cuál es la relación que mantienes con Octavio Paz? ¿Sigue siendo el gran enemigo como se lee en los Detectives Salvajes de Bolaño?
Karen
Villeda -Mi relación con Paz es parecida a la de unos colegas de
oficina. Él es la mano derecha de mi jefe pero no estoy casada con
mi trabajo. Antes de leer a Paz, yo me enamoré de Elena Garro y esa
extraña suerte hizo que, lamentable y visceralmente, no pudiera
separar al poeta del hombre. Ahora, mi relación con Garro está
apagadísima y puedo convivir con Paz sin ningún problema. Por
cierto, Bolaño caricaturiza a Paz (a la manera de Rius) y Benjamín
R. Moreno hizo lo suyo en sus Concretroons
(http://www.concretoons.net84.net),
al ver ese ejercicio lúdico todos nos reímos pero también nos
sonrojamos porque Paz ha sido el Cara de Papa de varios de nosotros.
Revista Ping Pong: ¿Qué relación mantienes con el resto de la poesía hispanoamericana?
Karen
Villeda -De ansiedad. Busco el diálogo (directo o indirecto, a
manera de lectura). Me interesan el que sea una trascendente, vamos,
una ruptura o, al menos, propositivo en alguna parte de su cadena:
creación, ejecución o contemplación, que sería la crítica. Tengo
un par de colegas, además de amigos, con quiénes suelo platicar de
lecturas y relecturas, no solamente de Hispanoamérica sino en
general, y valoro sus recomendaciones: Claudina Domingo y Rodrigo
Flores.
Revista Ping Pong: ¿Y con la poesía en otras lenguas?
Karen
Villeda -Mantengo una relación que puede ser, por su insistencia,
muy perniciosa. No soy políglota, por desgracia así que estoy
segurísima que me estoy perdiendo de libros maravillosos. Alguna vez
leí muchísima poesía sudamericana reciente y poca poesía
anglosajona. Después, me obsesioné con la tradición “occidental”:
sea en la persona de John Milton o con los albores de la poesía
conceptual norteamericana. Casi nadie habla del waka japonés o del
kanshi chino, ni se enzarza con la poesía árabe contemporánea. Y,
desde siempre, leo más ensayo, más narrativa.
Revista Ping Pong: ¿Cuáles opinas que son los referentes literarios a los que miras en tu poética?
Karen
Villeda -Lo que estoy leyendo en estos días es Onfray, Nooteboom,
Bernhard, Agamben, Butler, Safranski,
Maffesoli, Sloterdijk, Muchembled. Strindber y Chaucer antes de todos
los mencionados anteriormente. Busco la composición poética como un
texto abierto, a pesar de su valoración semiótica y análisis
formal, en el cual caben los prejuicios bañados en percepciones
estéticas, además de que la primera circunstancia de codificación
es el formato físico (libro), como estimulador de lo que se lee.
Huyo de la escritura pobre que a su vez promueva una lectura
“reduccionista”, perpetuando la concepción hegemónica y
unilateral del lenguaje. Es cierto que se requiere de cierta
competencia, empezando por la gramatical, para actualizar la cadena
de artificios expresivos, pero lo más importante es la disposición
creativa del lector, de la lectora como experiencia ad
infinitum.
Me interesa escribir poemas para actualizarse, el flatus
vocis,
velar por interpretación lingüística erigida en evocaciones
extralingüísticas a modo de repercusiones emotivas,
circunstanciales y diversificadas.
Revista
Ping Pong: ¿Qué consejo le darías al lector dominicano para
acceder a buena poesía?
Karen
Villeda -Sería el título de un libro “Hágalo usted mismo”… y
que no se deje convencer por trinqueteros, no es necesario un
ejemplar de “Poetry for dummies” para acercarse a la poesía.
POEMAS
DE KAREN VILLEDA
LEXICOGRAFÍA
E
Fragmentos
E blanc
¿EH?
interj. Dubitación de Femenino y Masculinidad // Humanidad no
escucha // El
tímpano apremia el singular: repite las palabras //
Titubear es
el desinterés proporcional a la voz // Tono indiferente, retorno a
la Lobreguez
//
Femenino y Masculinidad son colores sustractivos, se oponen // La
irradiación se eclipsa en la Teoría
del color que
sobresale del librero //
La
interjección es tonalidad: restaura la aurora //
Desordena la percepción, los oídos (elocuencia inservible) //
“¿Eh?,
¡no escucho!”, gritan ambos // Somos mirada // ¿Dónde
la combinación de luces? //
“¿Dónde
el plural?”, preguntan ambos // El
libro responde: “Plural es una sensación cromática” //
Ambos
se miran y se descubren como infinitas combinaciones de luz,
Espectro, longitud de onda
Pareja
es Desnudo
en un sillón negro
y
se vendió en cuarenta y cinco millones
de
dólares en Christie’s,
Pareja es El
hombre del turbante rojo
y está
al norte de Trafalgar Square,
Pareja es Jeanne
Hebuterne con suéter amarillo,
Pareja es una
imitación de Orange
skirt
de Degas. (“Une
peinture, c’est d’abord un produit de l’imagination de
l’artiste, ce ne doir jamais être une copie. Si, ensuite, on peut
y ajouter deux ou trois accents de nature, evidemment ca ne fait pas
de mal.”,
L’univers
de Degas,
p. 13),
Pareja es Trigal
verde con ciprés
de Van Gogh, Vicent (1853-1890) de quien aprendieron a mutilarse la
oreja siniestra
Pareja es Bleu
II
o
puntos
suspensivos sobre el
Mediterráneo.
El
absoluto de la naturaleza es el mar.
El disoluto de la naturaleza es la pareja,
Pareja es Armonía
de cuadros en rojo, amarillo, azul, blanco y negro, Arte
Degenerado y su autor es Klee, Paul (1879-1940),
Pareja es Blanco
sobre blanco:
Malevich representa pp.
y
pp. de
adversidades.
Blanco
sobre blanco o
“En blanco”
es
la página que se
escribe cuando
Femenino y Masculinidad se preguntan: “¿Eh?”
Karen Villeda (1985). Ha publicado Tesauro (Fondo Editorial Tierra Adentro, 2010) y Babia (Ediciones de Punto de Partida, 2011). www.labo.com.mx