29/5/17

Un poema de Frank O' Hara



Memorial day, 1950 

El mundo y Picasso me hicieron duro y rápido;
como cuando en un minuto derribo los árboles 
fuera de mi ventana con un equipo de creadores.
Una vez que El empezaba con su hacha, todo el mundo estaba lo suficientemente molesto para luchar por la última zanja y el último
montón de basura
                            A través de toda esa cirugía pensé
que tendría mucho que decir, y nombré varias cosas 
para las que Gertrude Stein no había tenido tiempo; 
pero entonces la guerra había terminado, esas cosas habían
sobrevivido e incluso cuando tienes miedo el arte 
no es un diccionario. 
Esto según Max Ernst.
                           ¡Cuántos árboles y sartenes 
he amado y perdido! ¡Guernica gritó: cuidado!
Pero todos estábamos ocupados esperando que nuestros ojos estuvieran hablando con Paul Klee. 
Mi madre y mi padre me preguntaron.
Les dije con mis ajustados pantalones azules que deberíamos
amar sólo las piedras, el mar y las figuras heroicas.
¡Qué desperdicio este muchacho! ¡Te daré un palo en las canillas! 
No me sorprendí cuando los mayores entraron 
mi habitación de hotel barato y rompieron mi guitarra 
y mi lata de pintura azul. 
                                      En ese momento todos empezamos
a pensar con nuestras manos desnudas e incluso con sangre por todas partes sabíamos distinguir lo vertical de lo horizontal, nunca
ensuciamos nada más que para averiguar cómo vivía.
¡Padre del Dadá! ¡Llevabas brillantes juegos de construcción
en tus gruesos bolsillos huesudos, fuiste generoso
y eran encantadores como la goma de mascar o unas flores!
¡Gracias!
                Y los que pensábamos que la poesía
era una mierda fuimos estrangulados por Auden o Rimbaud
cuando, inspirados por algún Juno compulsivo, intentamos
jugar con collages o el sprechstimme en la cama
La poesía no me dijo que no juegue con esos juguetes
Pero yo solo nunca podría haber descubierto que las muñecas
significaban la muerte.
                     Nuestras responsabilidades no comenzaron
en los sueños, mas sí en la cama. El amor es ante todo
una lección de utilidad. Oigo el canto de las aguas negras
debajo de mi asiento de inodoro blanco brillante y sé
que en algún momento llegará al mar: las gaviotas 
y los peces la encontrarán más rica que un río.
Y los aviones son móviles perfectos, independientes
de la brisa; estrellándose en llamas 
nos muestran cómo ser pródigos. Oh Boris Pasternak, 
será ridiculo clamar a ti, tan alto en los Urales, pero tu voz
limpia nuestro mundo, más cristalino para nosotros 
que un hospital: suenas por encima del gargarismo 
ambicioso de las fábricas.
¡La poesía es tan útil como una máquina!
                                                          Mira mi habitación.
Las cuerdas de la guitarra sostienen las imágenes. No necesito
un piano para cantar, y nombrar las cosas es sólo la intención
de crearlas. Una locomotora es más melodiosa
que un violonchelo. Me visto de lienzo y leo música
ante los candelabros de arcilla de Guillaume Apollinaire. Ahora
mi padre ha muerto y ha descubierto que debes mirar las cosas
a la barriga, no a los ojos. ¡Si tan solo hubiera escuchado
a los hombres que nos crearon, gritando como cerdos atrapados!


Traducción Giselle Rodríguez Cid.