12/3/17

Cinco poemas de Yolanda Castaño


Yolanda Castaño por Alberto Pombo


Less is more 

No me dijo
si te contase lo repugnante que me parece tu boca,
el charco de tus hormonas pringosas y clamantes.
Preferiría meter los dedos en un cable de alto voltaje
que mi cara en la redondez irrespirable de tus tetas.
No me dijo
así se me caiga encima ahora mismo un fardo de piedras
antes que la responsabilidad de tus noches de fiebre,
que corra el aire entre mi vertical
y el pastel de jengibre de tus ganas.
Antes quiero alfileres en la cuenca de los ojos
que sorber la gelatina de tus debilidades.
No me dijo fuck off, no me dijo vete
a la mierda.
Prefiero un dolor de oídos, un puño en la boca del estómago.
Me repugna el fragor así tan rural de tu hambre,
escuchar a tus piernas a gritos
como lechoncillos rosados abiertos a hachazos.

Simplemente
él no me dijo.



De La segunda lengua  (ed bilingüe, Visor, 2014)


El subrayado no es mío 

No dije rosa, ni azul,
no pongas eso en mi boca.
Yo no dije queda clausurado el interior,
ni brindé porque queramos todo cuanto debemos.
Yo no prometí ser capaz de gestionar el desastre,
ni dije que ciertas palabras
me esquivasen como las libélulas.
No dije te necesito, no conjuré providencias,
ni uno solo de los cien nombres de Dios
se vino a posar sobre mis labios.
No pongas en mi boca
palabras de para siempre,
ni que los últimos complejos
hayan saltado de mí como las pulgas.
No dije patria ni matria,
no pongas eso en mi boca.
No dije cásate conmigo, ni
voy a limar mi vida hasta que encaje entre los huecos.
No hube de ser yo quien rimó destino con deseo.

No pongas eso en mi boca.
Pon mejor

eso
otro.

De La segunda lengua  (ed bilingüe, Visor, 2014)



La poesía es una lengua minorizada 

Comenzaría por el espesor. Su acidez, su ph.

Camina igual que una mujer:
entre la masacre de lo invisible
y el campo de concentración de la visibilidad.

Ladra estilo y final,
una épica hospitalaria.

En el poema el lenguaje
se hace oídos sordos a sí mismo,
en él las palabras amplían
su círculo de amistades.

Hay que masturbar el abecedario
hasta que balbucee cosas
aparentemente inconexas.

Caja de cambios del habla,
gestos de otro orden.
La sonrisa del mosquito dentro de la piedra de ámbar.

No se trata de que no comprendas árabe.
No entiendes

poesía.

De La segunda lengua  (ed bilingüe, Visor, 2014)



LISTEN AND REPEAT: un pájaro, una barba.

Todo el cielo está en cuclillas. Una sed intransitiva.

Hablar en una lengua ajena
se parece a vestir ropa prestada.

Helga confunde los significados de país y paisaje.
(¿Qué clase de persona serías en otro idioma?)

Tú, me haces notar que, a veces,
este instrumento mío de cuerda
vocal
desafina.

En el patio de luces del lenguaje,
se me engancha la prosodia
en el vestido.

Te contaré algo sobre mis problemas con la lengua:
hay cosas que no puedo pronunciar.

Como cuando te veo sentado y sólo veo
una silla –
ceci n’est pas une chaise.
Una cámara oscura proyecta en el hemisferio.

Pronunciar: si el poema es
un exorcismo, un cambio de agregación; algún humor
solidifica para abandonarnos.

Así es la fonación, la entalpía.

Pero tienes toda la razón:
mi vocalismo deja
mucho que desear.

(Si dejo de mirar tus dientes
no voy a entender nada de lo que hables).

El cielo se hace pequeño. Helga sonríe en cursiva.

Y yo aprendo a diferenciar entre una barba y un pájaro
más allá de que levante el vuelo
si trato de cogerla
entre las manos.



De A Segunda Lingua [La segunda lengua] (ed biling, 2014)



La palabra Galicia

Para contarte de dónde vengo,
te tengo que sacar la lengua.

Dónde se ha visto que el fuego lama las hojas, lama la corteza, lama la raíz y
lama un poco de todo sin apenas entreabrir los labios.

Hay pueblos tan educados
                                       que nunca enseñan la lengua.

Desde el tumulto de una ciudad impaciente por morder
tú dices hrvatski, hrvatski,
eso solo puede parecer un idioma que se esputa.

Hay posturas de la lengua
                                que no entiendo.

Hay que tomarse el riesgo de sacarla para afuera, entre los dientes.
Por eso pronuncio maza, digo cercear, zarzallo.

Ya sé que hay quien se reserva la lengua.

Como una vocal abierta en el momento inoportuno,
como ropa barata, un tufo sospechoso.

Hay pueblos enteros que se van de la lengua.

Cuando me cuentas que no distingues
en cuál de los dos idiomas estoy hablando, era
para partirte la boca,
así tendrías tú también una lengua dividida en dos
̶ como Corea, verdad?

Hay lenguas que me quedan      lejos.

Las hay con tendencia a salirse de la boca y
                                  plantarse en la solapa,
otras tienen cicatriz de tanto ser mordidas por los dientes.

Hay lenguas en las que se hizo sangre.
Un anzuelo clavado en el cartílago laríngeo.

Hay fonemas que salen de un recoveco bucal que no conozco,
otros, responden a planes de autoexterminio.

No me queda otro remedio, señor de sus silencios, soy
esclava de las palabras y habré de condenarme por mi lengua.

Por eso: cinza, cercella, zazamelo.
Nada de galisia, nada de galichia,
atiéndeme bien: gali-Cia.




De A Segunda Lingua [La segunda lengua] (ed biling, 2014)


Yolanda Castaño (Galicia -España, 1977)  lleva ya veintidós años publicando poesía originalmente en gallego que posteriormente traduce al castellano. Desde entonces, sus hasta ahora seis poemarios le han valido galardones como el Premio de la Crítica Española, el Espiral Maior, el Ojo Crítico, el Novacaixagalicia, la distinción como “Autora del Año” 2014 para las Librerías de Galicia o la de Finalista del Premio Nacional de Poesía, entre otros. Sus títulos más recientes, editados en su versión bilingüe por Visor Libros, son Libro de la Egoísta (2006),  Profundidad de Campo (2009) y La segunda lengua (2014), que se quedó a las puertas del Nacional de Poesía. Ha publicado obras también como editora, traductora de poetas contemporáneos (entre ellos Nikola Madzirov y Marko Pogačar, al español) y autora de cinco libros de poesía infantil. Desarrolla multitud de experiencias que fusionan la poesía con otros lenguajes creativos (música, plástica, audiovisual, danza, arquitectura… y hasta cocina), actividad por la que también ha sido premiada y que realiza bien en solitario o en colaboración con otros artistas.